Radio Internacional Feminista/ Julio 2003

Mujeres por la paz
 "LOS GOBIERNOS DE PALESTINA E ISRAEL DEBERÍAN CONTAR CON
LAS MUJERES PARA EL PROCESO DE PAZ"

 

Por Silvia Torralba/Canal Solidario
Catalunya, 26 de mayo de 2003
Entrevista a LiLy Traubmann, miembra de Mujeres de Negro y Bat Shalom

 

Cada miércoles desde los años 80, Lily Traubmann se viste de negro y sale a manifestarse en silencio, por las calles de Israel, para pedir el cese de la ocupación y el fin del conflicto entre israelíes y palestinos.

Desde hace veinte años es miembro de Mujeres de Negro y en la actualidad, además, es la coordinadora política de la organización Bat Shalom, entidad de mujeres israelíes que junto a grupos de mujeres palestinas reivindica un paz "justa" y "verdadera" entre las dos  comunidades.

Por segunda vez Mujeres de Negro opta al Premio Nobel de la Paz.
¿Qué le hace merecedora de esta distinción?

Desde nuestros inicios reivindicamos el fin de la ocupación israelí en Palestina. Durante la primera Intifada llegamos a manifestarnos en más de veinte lugares de todo Israel; en estos momentos en cambio lo hacemos en cinco. Todos los grupos que salimos a la calle decimos 'basta ya a la ocupación' y pedimos la creación de dos Estados para dos pueblos. Luego, cada grupo tiene reivindicaciones específicas, como el fin del racismo o la igualdad en la repartición de la tierra.

¿Pueden manifestarse libremente?
Legalmente no tenemos problemas, pero muchas veces nos atacan verbalmente; nos llaman prostitutas, traidoras. Durante la primera Intifada los ataques eran de carácter sexista, nos llamaban las "putas de Arafat" y cosas por el estilo. Ahora los ataques son políticos y nos gritan traidoras.

Hace dos semanas, dos miembros de Mujeres de Negro en Tel Aviv y Jerusalén fueron agredidas físicamente. Muchos piensan que este tipo de ataques vienen de los ortodoxos, pero no es así. Los más extremistas son los judíos religiosos y nacionalistas, la fatal mezcla de nacionalismo y religión. Pero aún así, las mujeres continúan manifestándose.

Como Mujeres de Negro salimos a la calle una vez por semana. Además, muchas participamos en grupos y movimientos por la paz de mujeres o mixtos. Yo, por ejemplo, soy la secretaria política de Bat Shalom, una entidad integrada por árabes y judías israelíes que trabaja conjuntamente con el Centro Jerusalén para las Mujeres, un movimiento de mujeres palestinas.

Creo que es importante hacer oír nuestras voces, porque hoy día existe una tendencia global a escuchar sólo lo que dice Estados Unidos, que apuesta por la guerra y el unilateralismo. Nuestro propósito, en cambio, es buscar soluciones pacíficas. El día después del inicio de la segunda Intifada ya estábamos en la calle
manifestándonos.

¿Cuál es la importancia del movimiento pacifista en Israel?

Es muy importante, pero también aislado. En Jerusalén nos hemos llegado a reunir 10.000 mujeres pidiendo la paz, pero nadie ha informado de ello. Hay grupos de mujeres que hacen de observadores en los puestos de control y muchas otras se manifiestan contra el militarismo.

Además de las mujeres pacifistas también hay entidades lideradas por hombres, con el mismo objetivo. El Comité de Construcción de Casas, por ejemplo, se dedica a reconstruir las viviendas de palestinos que el ejército israelí destruye. También existe una coalición contra el  racismo, una organización en contra del muro que el Gobierno israelí está construyendo y muchas otras asociaciones.

 ¿Desde Bat Shalom condenan el terrorismo de Estado de Israel y los atentados suicidas palestinos?

Sí, condenamos los crímenes de guerra.
Muchos palestinos sienten que Israel está cometiendo otro Holocausto contra ellos, ¿cuál es opinión? Yo no diría Holocausto, porque Israel no está exterminando al pueblo palestino. Yo hablaría de desastre; Israel intenta expulsar a los palestinos: les hace la vida imposible e intenta que no tengan ningún dominio sobre su vida cotidiana. Los palestinos están en ciudades cerradas, no pueden salir a ningún sitio, han de soportar los puestos de control... los hombres no pueden ir a trabajar ni los niños a la escuela.

La industria palestina está completamente destrozada, igual que su economía, que en gran parte se basa en el cultivo del olivo; muchas familias no pueden cuidar sus olivos porque hay toque de queda y los colonos les roban las aceitunas. Por ello, todo el que puede se va. Y eso es lo que quiere Israel, que todos los palestinos se vayan para apoderarse él de las tierras.

En este contexto, ¿es usted optimista sobre el futuro de este conflicto?

No hay ninguna razón para ser optimista y no confío en la famosa Hoja de Ruta, porque es una solución que quiere ser implantada y que no corrige el desequilibrio de fuerzas entre las partes. A Israel le pide que salga de las ciudades principales y a los palestinos, que se desarmen. Es una medida completamente descompensada: no pide a Israel que deje las armas.

Más mujeres en el proceso de paz
En esta línea, la mediación estadounidense ¿es beneficiosa para la paz en la región?


Si fuera beneficiosa ya habría paz. Estados Unidos tiene sus propios intereses y uno de los más importantes es la industria de armamento. Bush recibe un gran apoyo de este sector y considera a Israel como un laboratorio para el uso de estas armas. Por eso, a Estados Unidos le conviene que esta guerra siga existiendo.

La paz sólo llegará cuando se base en la justicia y respete la opinión de ambas partes. El diálogo será largo, pero hay que entender que sólo de un entendimiento puede nacer la paz.
Para ello se necesita mucha confianza entre las partes. ¿Qué hay que hacer para lograrla?

Aquí podrían ayudar Europa y Estados Unidos. Deberíamos poner los aspectos más difíciles sobre la mesa y solucionar el problema de Jerusalén permitiendo que sea capital de dos Estados. También habría que discutir asuntos como el de los refugiados y el trazado de las fronteras. De esta manera, y como producto de las conversaciones, la violencia terrorista palestina pararía.

 En los procesos de paz iniciados hasta la fecha la mujer no ha tenido un papel destacado. ¿Cree que ha llegado el momento?

 Una de nuestras exigencias es precisamente que haya más mujeres en los gobiernos palestino e israelí que estén implicadas en el proceso de paz. En el Gobierno de Palestina ha habido alguna mujer, pero nunca en el de Israel.

 Además, no se trata sólo de que las mujeres participemos en el proceso de paz, sino de tener en cuenta la cuestión del género en las posibles soluciones al conflicto. La mujer siempre juega un papel muy importante en los conflictos armados, es el motor de la resistencia. Sólo debemos imaginar los territorios ocupados, donde las familias no tienen agua ni comida... la mujer es quien sale al campo a buscar algunas hierbas para encender el fuego, la que busca agua y algo para cocinar, la que lleva a cabo una forma de resistencia diaria.

Más información:

Página de Bat Shalom: www.batshalom.org

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