A escasos días de iniciarse la
Sesión Especial de la Asamblea General de la
Organización de Naciones Unidas, "Mujeres 2000:
Igualdad entre los Géneros, Desarrollo y Paz para el
siglo XXI", arrancó el Foro de Organismos No
Gubernamentales en un acto que reunió a mujeres de
diversas partes del mundo, en la conocida Plaza
Daghammarskjold de Manhathan, New York.
Se espera la presencia de diez mil
personas, en su mayoría mujeres, lo que haría del
evento uno de los más concurridos desde la IV
Conferencia de la Mujer, que reunió, en 1995, cerca de
30 mil participantes.
El movimiento de mujeres de
América Latina y el Caribe es parte activa de la
concurrencia. Ha formulado un llamado por renovar
esfuerzos en los compromisos en torno a la justicia
económica, la democracia, la ciudadanía y los derechos
humanos para que sean plenamente evaluados y reafirmados
por los Estados miembros.
Desde el 28 de junio se realiza la
última Preconferencia Mundial, donde los Estados
intentan llegar a un consenso del documento evaluativo.
Sin embargo el avance es lento en temas tradicionalmente
controverciales, como lo son:
El acceso a recursos
económicos: Los países "en
desarrollo" solicitan a los países ricos
que cumplan con destinar el 0.7% de su producto
interno bruto (PIB), a la cooperación
internacional para el desarrollo, lo que
facilitaría la implementación de la Plataforma
de Acción. Un ejemplo cercano de la fats de
compromiso con dicho aumento es la política de
Estados Unidos de asignar apenas un 0.1% de su
PIB para la cooperación internacional.
Los derechos sexuales y
reproductivos constituyen una de las áreas
críticas en el debate, especialmente en lo
referente al acceso a la información y servicios
en salud sexual y reproductiva para jóvenes como
un derechos, lo que ademas facilitaría la
disminución de los embarazos no deseados en
adolescentes, las enfermedades de transmisión
sexual y la posibilidad de tomar decisiones
informadas.
Sectores conservadoras insisten en que la
información sobre educación sexual y
reproductiva debe brindarse a los padres,
argumentando que la educaci[on directa a los
adolecentes promovería la promiscuidad.
A pesar que el llamado
Consenso del Cairo (Programa de Acci[on de la
conferencia internacional de Población y
Desarrollo) reconoció que el aborto practicado
en condiciones de riesgo es un problema de salud
pública, relacionado a la morbilidad y
mortalidad materna, y que la IV Conferencia
recomendó considerar la posibilidad de revisión
de las leyes que tienen medidas punitivas contra
las mujeres que han tenido un aborto ilegal, el
tema constituye otro de los puntos de gran
controversia.
En relación al
reconocimiento de la diversidad como un logro de
Cairo y Beijing, el reconocimiento de la
diversidad de familias ha llevado también a
fuertes discusiones. Algunos sectores de
carácter más conservador insisten en la familia
nuclear como modelo para su definición,
contraponiéndose a una gran mayoría de países
que, reconocen que la definición conservadora ha
sido superada en la realidad, ya que existen
familias conformadas con uno solo de los
progenitores, o como familias extensas,
heterosexuales, homosexuales, multiétnicas, con
o sin hijos etc. En América Latina, por ejemplo,
casi una cuarta parte de las familias consisten
de mujeres jefas de hogar, según el más
reciente informe de la Oficina de Estadísticas
de la ONU "Mujeres en el Mundo: Tendencias y
Estadísticas" (2000).
Con el objetivo de asegurar
la univeralización y el pleno disfrute de los
derechos humanos de las mujeres, el Movimiento
Internacional de Mujeres trabaja por el
reconocimiento de la diversidad de mujeres. Pero
algunos países conservadores pretenden
justificar violaciones a los derechos humanos de
las mujeres en nombre del relativismo cultural.
En ese sentido países como Sudán, Argelia,
Nicaragua e Irán se contraponen al
reconocimiento de la diversidad, propuesta
reconocida en el PAM, aludiendo a que la misma
debe de ser acogida según el contexto cultural y
religioso de cada país.
La violencia contra las
mujeres como violación de derechos humanos fue
reconocida en Viena, en 1993 durante la
Conferencia Mundial de Derechos Humanos. Sin
embargo en el presente debate Beijing + 5 se
trajo a discusión el superado argumento de que
la violación de derechos humanos requiere al
Estado como ejecutor. Sin embargo, hasta el
momento dicha postura ha sido desestimada con
base a los aportes y argumentaciones recogidas en
la Declaración de Viena.
El Vaticano resalta la
necesidad de que los Estados deben jerarquizar la
atención hacia los servicios de salud, dando
prioridad a las enfermedades derivadas de la
pobreza, como la tuberculosis o la malaria, etc.
El movimiento de mujeres promueve la aplicación
de una salud integral y preventiva, y teme que de
acogerse una jerarquización, las mujeres queden
excluídas de la toma de decisiones respecto a su
salud sexual y reproductiva en el concepto de
integralidad aportado por ellas en CIPD y la IV
CMM.
En la recta final, y frente a la
difícil situación para la aprobación del documento
evaluativo, varios países latinoamericanos y caribeños
han establecido una alianza llamada SLAC ("some
latin american countries") bajo la cual participan
en los debates de bloques de países. SLAC intenta
agilizar la aprobación de los documentos y a la fecha
contaba con la participación de Brasil, Bolivia, Chile,
Colombia, Costa Rica, República Dominicana, Ecuador, El
Salvador, Guatemala, México, Panamá, Paraguay, Perú,
Uruguay, Venezuela, Surinan, Barbados, Belize, Dominica,
Granada, Guyana, Haití, Jamaica, Sait Kitts y Nevis,
Santa Lucía, San Vicente, Trinidad y Tobago.
Es poco el tiempo que queda para
lograr un consenso, ya que la Sesión Especial que
produciría el documento evaluativo se desarrollara entre
el 5 y 9 de junio. La defensa de la Plataforma de Acción
en su integralidad, requiere esfuerzos adicionales, los
cuales están siendo discutidos por las mujeres en estos
dos días previos a la recta final. En América Latina y
el Caribe se requieren de iniciativas como las de la SLAC
y las de las ONG, pero las activistas en cada uno de los
países tendrán que redoblar sus esfuerzos, diseñando y
desarrollando acciones creativas para presionar y apoyar
a los gobiernos para que defiendan la PAM hasta el final.