Radio Internacional Feminista - FIRE

Septiembre  2006

 

Financiamientos adecuados para desterrar LA utopía

Por Laura E. Asturias / laCuerda

 

“Aunque el conocimiento público sobre la violación internacional de los derechos de las mujeres pareciera haber aumentado, el financiamiento dirigido a organizaciones de mujeres para garantizar esos derechos no lo ha hecho”. Ésa fue una de las conclusiones de la investigación de AWID[1]

 “¿Dónde está el dinero para los derechos de las mujeres?”, la cual subraya que muchos grupos se encuentran “en estado de sobrevivencia y resistencia” e intentando “ajustarse al nuevo panorama del financiamiento” como resultado de cambios en la ayuda al desarrollo y recortes en los fondos de grandes fundaciones. 

Según el estudio, América Latina y el Caribe es la región que ha enfrentado la mayor reducción en los niveles de financiamiento. Entre los temas para los cuales es más difícil conseguir fondos destacan: derechos sexuales y reproductivos, derechos civiles, políticos y participación, como también violencia de género.

Algo había que hacer

A fin de encontrar soluciones al recorte de fondos y en seguimiento a su investigación, AWID ha convocado a la reunión “Dinero & Movimientos”, a realizarse en noviembre en Oaxaca, México. Allá se analizarán estrategias con contrapartes y donantes progresistas en torno a los retos y oportunidades de financiamiento, además de discutir cómo incrementar los recursos existentes y movilizar nuevos apoyos para el trabajo por los derechos de las mujeres.

Otra actividad con similares objetivos fue el encuentro “La diversificación y movilización de recursos para los derechos humanos de las mujeres: Asegurando la sostenibilidad del movimiento de mujeres en Centroamérica”. Realizado en julio en Managua, Nicaragua, por convocatoria del Fondo Centroamericano de Mujeres[2], el encuentro propició un intercambio abierto entre lideresas de la región y representantes de la comunidad donante internacional con el fin de desarrollar conjuntamente nuevas estrategias para movilizar más recursos.

En esta reunión fue evidente que muchas organizaciones de mujeres del istmo se sienten ahogadas por la escasez de recursos y monumentales cargas de trabajo, en países gravemente afectados por huracanes y otros desastres; también con gobiernos conservadores que invierten más en los ejércitos y la salud empresarial que en el bienestar de la gente y que, tras implantar políticas de ajuste estructural, obligan a las mujeres a asumir funciones del Estado para solucionar problemas sociales. En síntesis, las organizaciones operan con grandes limitaciones financieras complementadas con la lucha militante y se enfrentan a ciertos donantes que apoyan proyectos que no consideran el enfoque de género como eje transversal.

 

Nuestro rollo con el dinero  

Las participantes revisaron sus recuerdos más antiguos acerca del dinero, pues lo que éste representa influye en cómo las mujeres buscamos fondos para nuestros emprendimientos.  En los relatos sobresalieron las carencias familiares, la necesidad de subsistir y también los sentimientos que la idea del dinero ahora les evoca, entre ellos: seguridad y autonomía cuando hay; miedo y angustia si falta; control para cubrir necesidades propias y del grupo; dificultad de plantearnos un salario justo y digno para nosotras; oportunidad de un mejor futuro; equilibrio. Opinaron que el dinero es esencial para que el movimiento de mujeres logre sus objetivos, pero un bien esquivo cuya consecución en ocasiones ha alterado las relaciones políticas y dividido a las mujeres debido a la competencia por los recursos. También se sienten abrumadas por los requisitos técnicos y las exigencias de los donantes, con algunos de los cuales hay una relación conflictiva.

La comunidad donante

El informe de AWID indica que muchos donantes que durante largo tiempo han apoyado los derechos de las mujeres y la igualdad de género “están revisando sus estrategias” y percatándose de que necesitan “una vinculación mejor y más fuerte de trabajo conjunto con los movimientos y organizaciones de mujeres”.

Por ello fue alentadora la presencia, en Managua, de representantes de donantes como las fundaciones Ford, Share y Summit, el Fondo Global para Mujeres, Hivos, Oxfam Canadá y América, el Instituto de la Sociedad Abierta (fundado y presidido por el filántropo George Soros) y la Red de Fondos para Mujeres, quienes ofrecieron valiosas sugerencias, entre éstas

  •  Diferenciar la caridad de la filantropía.

  • Capacitarnos para recaudar fondos: aprender a hablar y relacionarnos con donantes; decir mucho en pocas palabras; trasladar información cualitativa y puntual en corto tiempo, con pláticas amenas y sustantivas; adaptar nuestro lenguaje al público al  que nos dirigimos.

  • Detectar dónde está el dinero y cómo llegar a él.

  • Recordar que hay personas con dinero y conciencia social dispuestas a hacer donativos.

  • Superar el estereotipo del filántropo (hombre mayor, blanco y rico) y considerar, como potenciales fuentes de financiamiento, a mujeres que tienen recursos y querrían apoyar el trabajo del movimiento de mujeres.

  • Reunir a donantes y lideresas del movimiento para que diseñen campañas conjuntamente y el aprendizaje sea de doble vía. 

  • Asumirnos como socias (grupo estratégico, no marginal) de los donantes en el trabajo por los derechos de las mujeres y compartir con ellos experiencias exitosas y cambios positivos, en vez de exponer sólo situaciones desagradables que tienden a provocarles desencanto.

  •  Nunca olvidar que los detractores de las mujeres son astutos y saben cómo aprovechar las imágenes de la deplorable situación de las mujeres a fin de obtener apoyos económicos para sus propios propósitos.

  • Utilizar estratégicamente a los medios de comunicación, clave para acceder a la opinión pública y recaudar fondos. 

Sería imposible reproducir aquí la riqueza de información y diálogos que hubo en el encuentro en Managua. Sin duda, mucho hay que seguir diciendo para que las organizaciones de mujeres (a diferencia de otras) dejemos de trabajar desde la escasez y podamos respirar tranquilas mientras caminamos hacia nuestras metas.

 

Ya conocemos el antiguo refrán: “Dale un pez a un hombre y comerá por un día. Enséñale a pescar y comerá toda la vida”. En el mundo de los fondos para mujeres, el dicho va así:  Dale un pez a una mujer y ella alimentará primero a su familia y podría quedarse con hambre.

Enséñale a pescar y alimentará a su familia hasta que fuerzas externas le arrebaten su derecho a la pesca o contaminen el lago. Ayúdala a comprar el lago y ella alimentará a su familia, mantendrá el lago ambientalmente limpio y tendrá algo que heredarles a las futuras generaciones. La Red apoya a mujeres y niñas que están listas para comprar el lago.

 

Fotografías: Laura Asturias

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