Radio Internacional Feminista - FIRE Septiembre 2003 |
MARCHA POR LA UNIDAD: De la resistencia a la rebeldía Nota
de Prensa 6 Al
ser las 10 de la mañana comenzaron a llegar al Centro Cultural de Cancún
las diferentes organizaciones y participantes del Foro de los Pueblos,
lugar desde donde se inició la Gran Marcha por la Unidad en
contra de la OMC.
Esta
marcha convocó personas de diferentes partes del mundo, de todos las
edades, sexo y etnias; algunos(as) de los cuales pertenecen a
organizaciones tales como: campesinas, indígenas, cooperativistas,
sindicalistas, feministas, lesbianas, anarquistas, ambientalistas,
artistas, y otras.
Los(as)
participantes se manifestaron utilizando
ritmos de tambores, música, lemas, discursos, consignas y entre
banderas, esculturas, disfraces y pancartas,
marcharon hasta llegar al kilometro cero, lugar
donde se inmoló el líder campesino coreano de 56 años Kyang
Hai Lee y donde eran
esperados por una valla de acero, de dos metros de alto y cuatro de
fondo, que delimitaba el acceso al área de la Cumbre.
Para
el movimiento antiglobalizador, mal llamado globalifóbicos, la valla se
convirtió en un símbolo que separa y excluye la participación y
expresión de la sociedad frente a los gobiernos, organismos y corporaciones.
Derribarla sería una forma
de manifestar la necesidad de eliminar las distancias entre los pueblos
y los gobiernos agudizada por las políticas de exclusión y explotación
del modelo neoliberal.
"De
la resistencia a la rebeldía". Al
paso de la marcha , muchos locales se encontraban cerrados. La policía
anunciaba que como forma de prevención, los comercios se mantuvieran
cerrados. Por momentos Cancún, se
transformó en una ciudad que
esperaba el paso de un huracán. Sus ventanas fueron cerradas, cubiertas
con láminas, plásticos y cintas adhesivas.
En algunas de las
paredes se pintaron lemas y consignas contra de la OMC, tales como: No a
la OMC, Paz a los Pueblos, De la Resistencia a la Rebeldía
Vigilada
por las autoridades de la ciudad de Cancún,
la Marcha por la Unidad transcurrió en forma pacífica y
ordenada. En
el kilómetro cero, lugar recordado
con dolor por la muerte del campesino coreano, la marcha se detuvo unos
momentos para escuchar
algunos discursos y luego proseguir a su objetivo final. Jóvenes
mujeres de los movimientos sociales avanzaron a la proximidad de la
valla, facilitando que sus compañeros
amarraran cuerdas
elaboradas como lo hacen mujeres coreanas, y con
la fuerza de muchos se derrumbó la valla.
Una
vez logrado su objetivo, los manifestantes se sentaron
para escuchar algunos palabras alusivas a lo que ocurría en la
Conferencia oficial, en la que en la que el grupo de los G23 acababan de
firmar y hacer público un comunicado
donde demandan la eliminación de los subsidios agrícolas,
posición no apoyada por EEUU
y la UE quienes han
desplegado una competencia desleal
al eliminar la posibilidad de competir en los mercados agrícolas.
Esto fue celebrado como una conquista de los movimientos sociales, en el
tanto se espera que esto traiga un rompimiento al interior de la OMC,
significando un estancamiento en los posibles acuerdos a alcanzar por la
Cumbre Ministerial.
Si
bien dentro del movimiento campesino hay diversidad de posturas en
relación a sí la agricultura debe ser un tema regulado por la OMC, el
acuerdo de los G23, significó una esperanza. Otro
de los discursos afirmó el compromiso de mantener a Kyang
Hai Lee en la memoria del movimiento antiglobalizador, "en
el mensaje, corazones y acciones a favor del campesinado y todas las
luchas en contra de la OMC".
Aunque
se temía que al final de la marcha se registraran enfrentamientos con
la policía, esto no ocurrió, lo que hace de esta manifestación un
hecho simbólico ya
que demuestra que la gran preocupación es por los efectos que el libre
comercio esta teniendo en la calidad de vida de la humanidad y una
afirmación que los movimientos sociales no serán detenidos a pesar de
los obstáculos que en sus caminos se interpongan.
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