Tragedia en Estados Unidos

 

Radio Internacional Feminista

12 de septiembre, Nueva York.  

Rodeada por sus cuatro grandes maletas y miles de compatriotas, otras latinas y latinos y algunos europeos y norteamericanos que quedaron varados en el aeropuerto JF Kennedy la mañana de ayer, la dominicana doña Adelaida Mora de 70 años de edad no sabía qué hacer. “Por lo que nos dicen las autoridades y la radio, creo que la ciudad de Nueva York está en estado de sitio. Se anuncian acontecimientos que nunca se han conocido en este país. Parece que se ha desatado una guerra en el centro de la ciudad".

 

Las visiblemente nerviosas autoridades de seguridad del aeropuerto gritaban a la gente para que recogieran rápidamente sus pertenencias y abandonaran los predios; no había transporte público para la cantidad de gente que fue desalojada de los aviones que estaban a punto de  volar y los otros que estaban listos para abordar pasajeros; el sistema telefónico público estaba cortado y los pocos celulares de gente que reside en los Estados Unidos, apenas de vez en cuando colocaban llamadas de lo congestionada que estaba la telefonía celular. El aeropuerto estaba sitiado por un gran contingente del ejército estadounidense que revisaba los alrededores mediante el uso de perros entrenados y aparatos técnicos de detección de artefactos explosivos.

 

Doña Adelaida eschuchó por la radio que Manhatan, distrito central de la ciudad, estaba sin transporte y sin comunicación, y que las miles y millones de personas que trabajan allí habían tenido que emprender viaje a pié a sus casas. Los puentes y túneles que conectan la isla de Manhatan con Brooklin, Staten Island, Long Island, el Bronx, Queens y demás ciudades de Nueva York y todos los otros estados se hacían accesibles sólo para caminantes, quienes huían en carrera entre las congestionadas y obscurecidas calles.  Los ferries del Río Hudson transportaban algunas gentes, pero casi todas las personas caminaban y caminaban anonadadas. Recordaban los desalojos y desplazamientos masivos que se ven en los escenarios de las guerras en otras partes del mundo.

 

Acababan de caer las torres gemelas  del Centro Mundial del Comercio, centro neurálgico de la economía mundial. La nube de humo de cemento y fuego cubría  la extensión del lugar. Cada edificio tenía 110 pisos. Otros dos edificios del mismo Centro, los número 5 y 7, se tambaleaban cada vez que sufrían las explosiones subterráneas de las tuberías de gas. Al cabo de las horas también se desplomaron. “Dice la radio que no fue un accidente, que dos aviones comerciales, uno de American Airlines y otro de United Airlines fueron convertidos por mano criminal en mísiles aéreos, estrellándolos contra las torres, apenas 20 minutos de diferencia uno del otro. Iban llenos de gasolina, ya que su ruta comercial era California.  

En el aeropuerto, en la Casa Blanca y en resto del mundo, se especulaba acerca de la autoría del operativo terrorista más grande y dramático que se haya realizado en tierra estadounidense. El mismo complejo económico y político que ahora se desplomaba como fichas de dominó, había sido objeto de un ataque en 1993, pero no le hizo el daño que sufrió en esta ocasión, ni se había realizado con semejante destreza técnica. Tampoco ocasionó la cantidad de víctimas que puede haber causado el ataque de ahora, ya que diariamente, más de 60,000 personas laboran o visitan el complejo del Centro.

 

En aquella ocasión los responsables habían colocado una bomba casera que mató 6 personas, pero ahora el tridimensional ataque había sido orquestado mediante el uso de conocimiento y dominio comercial, técnica aérea y terrestre y una gran coordinación política: se usaron aviones y vuelos comerciales estadounidenses, los secuestradores del avión necesariamente conocían del manejo técnico de los aviones, al menos lo suficiente cómo para desviar su curso sin ser controlados previamente y, atacaron objetivos neurálgicos, militares, políticos y económicos, simultáneamente. Además, la fecha del 11 de septiembre, que en inglés se invierte, se corresponde con el número de teléfono de emergencia en los Estados Unidos, el 911.

 

Ahora la Casa Blanca se mostraba urgida de señalar con un dedo a alguien. Nadie anunciaba la autoría. Bush necesitaba declararse en guerra contra un objetivo real que aliviara el sentimiento de vulnerabilidad militar y política que los norteamericanos no habían vuelo a sentir desde el ataque japonés contra Peral Harbour en 1941 y que calmara la sed de venganza expresada por alguna gente, exacerbada por los grandes medios, y enarbolada por el propio Presidente. “La libertad ha sido atacada. América encontrará los culpables y los castigará, así cómo a los países que les den asilo” dijo Bush en su primera declaración pública luego de ser sacado del escondite donde fue colocado minutos después del ataque al Pentágono. “Ataque contra América” fue el título que la prensa le puso al acto de terror.

 

Acusaron al terrorista islámico Osama bin Laden, aunque éste declaró que no tuvo autoría en el hecho. Igual aclaración hicieron las autoridades talibanes de Afganistán, acusadas desde hace tiempo de darle refugio al terrorista multimillonario de origen saudí. Sin embargo, CNN acompañó y alimentó el rumor que responsabilizaba a bin Laden, proyectando imágenes vivas de un supuesto gran ataque con bombas en Kabul, capital de Afganistán, unas horas después del choque de los aviones contra los edificios en Nueva York. Sin embargo, tales ataques no eran nuevos, aunque los medios lo reportaran así. La oposición al talibán, encabezada por Ahmed Shah Massood en ese país, venía realizando ataques militares de envergadura, al menos durante las últimas semanas. Punto seguido, los medios se curaron en salud, anunciando que las bombas eran producto de pugnas internas.

 

Igual suerte corrió la población palestina en Estados Unidos y en los territorios del Medio Oriente La alusión a que el avión de United Airlines que cayó en Pittsburg podría haber tenido a Camp David cómo destino, implícitamente relacionaba a los palestinos con los ataques. Además, el 11 de septiembre marcaba un aniversario más de los Acuerdos de Camp David, firmados entre el entonces Presidente Jimmy Carter, la aministración de Israel y las autoridades egipcias en el año 1978. Los medios presentaron imágenes de palestinas y palestinos celebrando el ataque, aunque el líder palestino Yacer Arafat condenó las acciones y la portavoz de la Liga Arabe, la dirigente palestina Hanán Ashraui dijo que los atentados en EEUUAA podrían tener consecuencias negativas para los palestinos, así como para los musulmanes y árabes, y “por ese motivo, los países árabes deben hacerse oír.

 

Pero no en la psiquis de doña Adelaida, quién permanecía meditabunda, sentada en el aeropuerto, a la espera ser recogida por sus parientes. “Será casi imposible para el gobierno de este país saber quién lo hizo. Hay tanta gente en el mundo afectada negativamente por la política económica y militar de los Estados Unidos, y ellos han entrenado militarmente a tanta gente de los países donde hacen la guerra, que no pueden saber ni por dónde empezar a buscar, al menos hasta que tengan pruebas concretas.”

 

Para la población de los países del Sur, las imágenes de Manhattan el día de ayer y hoy, lamentablemente la remitieron a acontecimientos harto conocidos en carne propia. Ahora la ciudadanía estadounidense comparte con esos pueblos, victimas de las tragedias de las guerras impuestas por el colonialismo y el militarismo, la cotidiana incertidumbre de lo que va a pasar; los desalojos masivos; los desplazamientos involuntarios; las desapariciones forzadas, sin volver a saber de los seres queridos que quedaron enterrados sin identificación, despedida y digna sepultura; las muertes masivas de personas inocentes; y sobre todo, la terrible sensación de pérdida de control de su voluntad de paz, libertad y justicia.  

 

Cronología de los acontecimientos en NuevaYork el 11 de septiembre:*

 

            8:45 a.m. (EST) El Boeing 767 de American Airlines se estrella contra la Torre Norte del Centro Mundial del Comercio. El avión comercial con número de vuelo 11, llevaba 81 pasajeros y 11 tripulantes. Volaba de Boston a Los Angeles. El impacto hace un hueco en el edificio y genera un fuego que se extiende rápidamente. El impacto es capatado por un amateur de video casero.

           

            9:03 a.m. Un Boeing 767 de United Airlines se estrella contra la Torre Sur. El avión comercial con número de vuelo 75 llevaba a bordo 56 pasajeros y 9 tripulantes y volaba la misma procedencia y ruta del vuelo de American. El impacto es captado por la prensa que registra el fuego y el hueco ocasionado por el primer avión.

           

            9:17 a.m. La Autoridad de Navegación Aérea (FAA) cierra todos los aeropuertos de Nueva York. Eventualmente, a las 9:40, por primera vez en la historia de los EEUUAA se cierra todo el espacio aéreo del país. 

           

            9: 21 a.m. La Autoridad de Puertos de Nueva York cierra el acceso de transporte de todos los túneles y puentes de la ciudad.

           

            9: 30 a.m. El Presidente de EEUU, George Bush,  declara que el país ha sufrido un ataque terrorista. 

           

            9:43 a.m. Un Boeing 757 de American Airlines que viajaba de Dulles, Texas a San Francisco, California, cargando 58 pasajeros y 6 tripulantes, se estrella contra el Pentágono en Washington DC, derribando parte del edificio.  Comienza el desalojo de Washington DC.

           

            9:45 a.m. Se evacua la Casa Blanca en Washington DC.

           

            10:05 a.m. Se desploma la Torre Sur.

           

            10:10 a.m. Una parte del edificio del Pentágono se desploma.

           

            10:13 a.m. El edificio de Naciones Unidas es evacuado.

           

            10:22 a.m. El Departamento de Justicia y el Banco Mundial son evacuados en Washington, DC.

           

            10:24 a.m. Los vuelos con destino a EEUU son desviados a Canada.

            10:28  a.m. La Torre Norte de la OMC se derrumba.

           

            10:46 a.m. El Secretario de Estado Colin Powell suspende su viaje por América Latina.

           

            10:48 a.m. La policía confirma el accidente de un avión en Somerset, Pensilvania.

           

            10:53 a.m. Las elecciones primarias en N.Y. son pospuestas.

           

            10:54 a.m. Israel pone en alerta a sus misiones diplomáticas.

           

            10:57  a.m. El gobernador de New York, George Pataki cierra las oficinas del Estado.

           

            11:02 a.m. Giuliani pide a los ciudadanos que se queden en sus casas e insinua evacuaciones al sur de Manhattan.

           

            11:18 a.m. American Airlines confirma la perdida de sus dos aviones.

           

            11:26, 11:56 a.m. United Airlines confirma la pérdida de sus dos aviones.

           

            12:04, 12:15 a.m. Los aeropuertos de Los Angeles y San Francisco son evacuados.

           

            12:15 p.m. Las fronteras de México y Canadá se ponen en alerta.

           

            12:30 p.m. La Agencia Federal de Aviación confirma que 50 vuelos están en el aire sin problemas.

           

            1:04 p.m. Bush anuncia que se han tomado las medidas de seguridad y que ha puesto los servicios de emergencia en máxima alerta.

           

            1:27 p.m. Se declara el estado de emergencia en Washington, DC.

           

            1:44 p.m. El Pentágono confirma que cinco barcos de guerra y dos portaviones zarparon de Norkfolk con destino a la zona de Washington y New York.

           

            2:00 p.m. El FBI confirma que los cuatro aviones estrellados fueron secuestrados con intención de estrellarlos  contra objetivos simbólicos.

           

 

            * Tomado del periódico Noticias del Mundo del 12 de septiembre, 2001.