Radio Internacional Feminista/Octubre 2005

Campaña

"Entre mujeres, con las comunidades afectadas"
Hoja de datos y enfoques

 

Antecedentes

Campaña "Entre mujeres, con las comunidades afectadas", un llamado a la solidaridad feminista frente a los desastres.

Esta Campaña es un llamado a compartir lo que tenemos, sea poco o mucho, con mujeres que viven la devastación producida por los desastres naturales. Pretendemos que las feministas, sus organizaciones y cualquier persona e institución que se solidarice con el apoyo "mujer a mujer", haga un aporte económico de su bolsillo y de su presupuesto organizacional para fortalecer a las mujeres de las comunidades afectadas por los desastres naturales en Guatemala, que ojalá sea replicada para el caso de las mujeres en El Salvador, en el sur de México, en Pakistán, y donde sea necesario.

Por esas casualidades, esta Campaña tuvo su inicio el 13 de octubre del 2005, Día Internacional para la Reducción de los Desastres Naturales designado por la ONU, a conmemorarse todos los años el segundo miércoles de octubre, según la Resolución 56/191 de la Asamblea General del 21 de diciembre del 2001, como un "medio de promover una cultura mundial de reducción de los desastres naturales, que comprenda prevenirlos, mitigarlos y estar preparados para ellos."

Pero esta es una Campaña de "mujer a mujer", inspirada en las imágenes de las sobrevivientes y las imágenes de los impactos en las comunidades indígenas de Guatemala, que nos presenta la televisión. Estuvo inspirada en los informes enviados por las feministas comunicadoras de Guatemala (La Cuerda), las radios comunitarias y los programas hechos mujeres.

Estuvo inspirada en las palabras de la guatemalteca Carmen Victoria Álvarez, de la organización indígena de mujeres Kaqla, cuando habló el día 11 de octubre en el 10 Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe sobre feminismo y ambiente, haciendo referencia a la necesidad prioritaria de que el feminismo retome la relación de las mujeres indígenas y su entorno.

 

La naturaleza de los desastres "naturales"

Ni las corrientes de EL Niño y La Niña, ni el huracán Mitch en 1998 o el Stan ahora, son fenómenos tan naturales. Eso ya se sabe. Tanto el calentamiento global del Planeta por las emisiones desmedidas de carbono, como la deforestación y la contaminación generan reacciones de un Planeta que busca a gritos y en rebeldía, reconstituir su armonía.

Datos científicos presentados por la Unión Mundial para la Naturaleza (UICN) señalan que la deforestación y la desertificación constituyen problemas muy serios en muchos países. Cada minuto 40 hectáreas (99 acres) de bosque son destruidos en el mundo.

La desertificación es la transformación gradual de tierra habitable en desierto a causa de un uso destructivo de ella o debido al cambio climático. En todo el mundo, de cada 100 hectáreas (230 acres) de tierra, 60 hectáreas (138 acres) o 36 millones de kilómetros cuadrados (22.4 millones de millas cuadradas) están en proceso de degradación en el mundo a causa de la pérdida del bosque o la desertificación.

La tesis GAIA de James Lovelock y Lyn Margullis reconoce que el Planeta Tierra no tiene vida en su seno, sino que es vida. Es una unidad viviente, un organismo autoorganizado que en sus millones de años de historia, ha tenido la capacidad de sobrevivir, generando su propio balance. Lo ha hecho expulsando de su seno a las especies que lo desequilibran. Así, lo que está amenazado de sobrevivir no es La Tierra, sino la especie humana en ella.

La feminista Elisabet Sahtouris, también de la tesis GAIA, alertó en la Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro en 1992 que "Aquí, muchos han venido a hablar, con tono proteccionista de la necesidad de salvar La Tierra. Dicen que están aquí en esta conferencia para ver qué pueden hacer por ella.

Pero muchas personas y comunidades, sobre todo las indígenas, sabemos que detrás de su "altruismo" se esconden grandes intereses por controlar la última frontera: los recursos naturales que quedan sin explotar en el Planeta. No es GAIA, somos nosotros los que no podremos seguir vivendo si continúa la depredación desmedida para convertir todo en "recursos desmedidos."

El sentido de lo urgente

Carmen Victoria Álvarez lo sabe y nos lo recordó cuando se refirió al tema en Brasil. Mientras ella hablaba, las poblaciones indígenas pobres de su país, Guatemala, enfrentaban los estragos del Huracán Stan.

La Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (CONRED) reportó recientemente que el huracán provocó la muerte de 508 personas, 97 heridos, 337 desaparecidos (otras fuentes hablan de un millar), 97 mil 872 damnificados y 84 mil 949 albergados en 255 instalaciones.

Otros datos oficiales refieren que en el sureste de México, Guatemala, El Salvador y otras naciones de Centroamérica, el paso del huracán Stan dejó una estela de alrededor de 600 fallecidos, así como un millón 563 mil 250 damnificados por las lluvias. Apenas dos días después el recuento llega a tres millones de personas damnificadas y vastas zonas devastadas.

La imagen de las mujeres, niñas y niños, ancianas y ancianos sufriendo durante un desastre es la mas difundida en los medios de comunicación masivos, lo cual hace a la audiencia captar una parte importante de los impactos: lo mas visible que se expresa en el dolor, el trauma, la vulnerabilización de los sectores más afectados, la pérdida de vidas y la desolación ambiental que rodea y afecta todas las formas de vida que una vez pudieron desenvolverse en la zona afectada.

Dichas coberturas cumplen un papel importante porque permiten la sensibilización necesaria para activar el instinto de cuido (desnaturalizado demasiado a menudo), la solidaridad, la generosidad y en el mejor de los casos, la responsabilidad social de todas y todos como personas y comunidades y, de las entidades gubernamentales y no gubernamentales frente a los acontecimientos.

Pero muchas veces, detrás de las cámaras, los mensajes y las imágenes mediáticas se esconden realidades que hay que evidenciar. Una de ellas es el llamado "factor de género", que muchas veces es el más invisible de los factores. Según Elaine Enarson "...el género configura los mundos sociales dentro de los que ocurren sucesos naturales".

El sentido de lo urgente consiste en reconocer que nuestras relaciones y vínculos sociales, son altamente relevantes frente a las necesidades inmediatas y estratégicas en situaciones de desastres naturales.

Las especialistas en la materia dan cuenta de lo que las mujeres ya sabemos, pero rara vez se difunde en los medios: "La estructura de relaciones en función del género es parte del contexto social y cultural que conforma una comunidad para anticipar desastres, prepararse frente a ellos, sobrevivirlos, hacerles frente y recuperarse de ellos." (ONU, Secretaría Interagencias de la Estrategia Internacional para la Reducción de los Desastres, 2002)

Sostiene Elaine Enarson que "Dado que en la magnitud de un desastre, los contextos económicos, políticos, socioculturales y la integración de género en las políticas y en las medidas de reducción de desastres se traduce en identificar la posición que ocupan hombres y mujeres en la sociedad.

Esto permite hacerse una idea efectiva, no solo, de las formas distintas y similares en que pueden verse afectadas las vidas de las mujeres y los hombres, sino también de las formas en que pueden contribuir a los esfuerzos de reducción de los impactos."

Sin embargo, en un informe del 2000 del Programa de Género de la Unión Mundial para la Naturaleza, titulado "Las heroínas olvidadas: rol de las mujeres en los desastres naturales" se demostró que: "A pesar de que las mujeres juegan un papel crucial en la mitigación, preparación y recuperación en los desastres naturales, su rol generalmente no se ve o se ignora. Sin embargo la historia muestra que cuando los desastres golpean, las mujeres asisten en la recuperación." (UICN)

Por otro lado, aparejado al protagonismo invisibilizado de las mujeres, se encuentra también el hecho de que ellas son las más afectadas por ese tipo de desastres. Las mujeres son desproporcionadamente afectadas por las políticas frente a los desastres, precisamente por su género en la sociedad.

 

Hacia una estrategia feminista de solidaridad

En ese sentido, una perspectiva feminista destaca que la fórmula político-social que impera en casi todo el tejido social de cualquier comunidad, indica que las mujeres cuidan y los hombres deciden, dando un resultado poco beneficioso en general.

En situaciones de desastres naturales esta fórmula no funciona, y son las mujeres las que se colocan a la cabeza de sus comunidades en situaciones de crisis.

Por razones obvias, para quienes comprenden el factor de género y la disigualdad de poder, las mujeres son las menos responsables de los desastres naturales, pero les toca muchas veces limpiar los desastres de otros, sin participación en las decisiones e invisible su protagonismo en la reconstrucción.

Cuando la ayuda humanitaria en caso de desastres fluye exclusivamente por la vía de las estructuras existentes en una zona afectada, casi siempre en manos de hombres y organizaciones masculinizadas, demasiadas veces se pierde la oportunidad de colocar la ayuda estratégicamente, es decir, canalizada a través del tejido social que rápidamente reconstruyen las mujeres.

Cuidar, recomponer, preparar alimentos extraídos de lo que haya quedado alrededor, atender emocionalmente a las víctimas, prestar primeros auxilios, reconstruir un mínimo tejido social familiar y comunal para sobrevivir, sea en refugios y localidades, organizar los entierros, duelos y búsquedas de las personas desaparecidas, etc.

Se requieren estrategias y acciones que pongan en evidencia cómo un cambio de enfoque contribuye a canalizar esfuerzos por la vía del fortalecimiento de las mujeres en su capacidad de manejar recursos y participar en las decisiones.

Proyectos que asuman las capacidades de las mujeres y su significativo aporte, a la vez que contribuyan a modificar las relaciones de género que invisibilizan esos aportes.

Fortalecer la organización de las mujeres en las comunidades en la incentivación de sus capacidades locales y nacionales para abordar las causas de los desastres, los cuales continúan y continuarán devastando a muchas poblaciones, precisamente las más vulnerabilizadas en nuestros países.

Disminuir así la vulnerabilidad en los peligros y sus consecuencias a la vez que se promueve el fortalecimiento de las mujeres, sus organizaciones y redes sociales, lo que son dos objetivos inseparables.

Contribuir a crear un modelo de apoyo "mujer a mujer" que nos de confianza de que las mujeres, lejos de ser doblemente vulnerabilizadas, son constructoras de propuestas de prevención y reconstrucción.

Ejemplos en la región

La Organización Panamericana de la Salud (OMS) registró el rol desempeñado por las mujeres centroamericanas después del Huracán Mitch en 1998. Mujeres en Guatemala y Honduras construyeron casas, cavaron pozos y canales, remolcaron agua y construyeron refugios. Tuvieron un un papel activo pero no reconocido.

Ejemplos dados por la OMS :

Los grupos de mujeres a través de las Américas se han dado cuenta que la mejor manera de mitigar las consecuencias negativas de un desastre es estar preparadas. Las mujeres han sido promotoras de medidas de preparación al nivel de la comunidad porque entienden qué significa el desastre para las realidades diarias de la vida

En respuesta a mayores niveles de violencia basada en género en Nicaragua después del huracán Mitch, la ONG Puntos de Encuentro organizó una campaña de información que usó diversos medios para transmitir un mensaje sencillo: "La violencia contra la mujer - es un desastre que los hombres sí pueden prevenir". La campaña demostró ser eficaz en el cambio de las actitudes de los hombres hacia la violencia contra la mujer.

Campaña "Entre mujeres, con las comunidades afectadas", un llamado a la solidaridad feminista frente a los desastres.

Co-patrocinan esta Campaña:

Programa de Género de la UICN (Unión Mundial para la Naturaleza)

Asociación de Mujeres en Desarrollo (AWID)

Fondo Global de la Mujer (GFW)

Radio Internacional Feminista (RIF/FIRE)

 

Para más información y para saber cómo apoyar esta iniciativa, escriba a:

oficina@radiofeminista.net

awid@awid.org

anamaria@globalfundforwomen.org

lorena.aguilar@iucn.org

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