28 DE MAYO: DIA DE ACCION POR LA SALUD DE LAS MUJERES
Todos los 28 de Mayo el Movimiento de Salud de las Mujeres reafirma su decisión de lucha por la promoción, derecho y acceso a los Derechos de las mujeres a la Salud, en el marco de los Derechos Humanos.
Esta fecha fue proclamada por un grupo de mujeres reunidas en el V Encuentro Internacional por la Salud de la Mujer realizado en Costa Rica en 1989. A partir de entonces, año a año, se organizan campañas con los objetivos de:
- Visibilizar que las condiciones de vida y salud de la mayoría de la población necesitan de políticas firmes, sostenidas y urgente.
- Exigir una profunda y sustancial transformación de las situaciones de marginalidad y postergación en las que se encuentra la gran mayoría de las mujeres.
La crisis producida por políticas económicas totalmente sometidas a los intereses y caprichos de los mercados financieros internacionales, excluye del sistema a sectores cada vez más amplios de la población y limita las posibilidades de una vida digna y saludable, en especial a las mujeres.
Si bien en los últimos tiempos se han producido avances en cuanto a legislaciones que intentan mejorar la calidad de vida, especialmente en cuanto a los Derechos Sexuales y Reproductivos, se hace necesaria la inmediata implementación de las mismas a través de programas específicos que aseguren el acceso de todas las mujeres -muy especialmente las que viven en situación vulnerable- a los métodos anticonceptivos, de protección frente a las enfermedades de transmisión sexual, incluido el VIH/sida, a la contracepción de emergencia, el aborto terapéutico, al aborto por violación, etc.
Ha pasado mucho tiempo entre los derechos obtenidos y estipulados en documentos oficiales y la brecha que existe en el acceso a la información y los recursos que permitan hacer de los derechos obtenidos una realidad sin exclusión para todas las mujeres.
Qué reclamamos en el 2013
La Red de Salud de las Mujeres de America Latina y El Caribe publica este 28 de Mayo:
La época actual es crítica respecto de la vigencia de estos derechos. La globalización de la economía con un sesgo neoliberal capitalista ha deteriorado profundamente los sistemas e instituciones nacionales y el papel de los Estados, los cuales abandonan progresivamente su rol social y dejan de garantizar los derechos humanos consagrados. Es así como los sistemas públicos de salud se abaten con la instalación de estos modelos, mientras se fortalecen los afanes privatizadores que han hecho de la salud una mercancía solo al alcance de quienes tienen recursos suficientes.
El derecho a la educación, al trabajo digno, a la protección social y a la cultura, así como el sentido ético y solidario como forma de vida en comunidad, son también afectados por el avance del mercado y sus valores distorsionados. Junto a ello, se expande y profundiza la crisis social, mientras nuevas y viejas violencias y exclusiones se potencian para desconocer los derechos humanos de amplios sectores de la población, con impacto desproporcionado en las mujeres y las niñas.
Asimismo, los fundamentalismos perfeccionan cada vez más sus prácticas, siendo el intervencionismo de las jerarquías eclesiásticas en las políticas de los Estados uno de los ejemplos más nefastos.
¿Qué demandamos las mujeres, en este contexto adverso, para que nuestro derecho a la salud integral sea plenamente respetado, y para que los derechos sexuales y reproductivos puedan ejercerse en libertad y dignidad?
- El acceso universal, en todas las etapas de vida, a la información y servicios de atención de la salud gratuitos o de bajo costo y de óptima calidad, para gozar de salud integral y de bien-estar,
- el derecho a que nuestra diversidad sea reconocida y respetada en el diseño e implementación de esos servicios,
- el derecho a ejercer una salud sexual y reproductiva sana, libres de violencias y coerción,
- el derecho a conocer y respetar nuestro cuerpo,
- el derecho a ejercer una sexualidad sin riesgos ni consecuencias indeseables o inoportunas,
- el derecho a relacionarnos sexualmente con quien deseemos sin ser presionadas ni violentadas, en el momento que elijamos,
- el derecho a buscar y sentir el placer sin culpas,
- el derecho a no tener sexo,
- el derecho a decidir el número de hijos e hijas que queremos tener, cuándo tenerlos, o bien a no tenerlos,
- el derecho a estar bien informadas para regular nuestra fecundidad con métodos eficaces, seguros y asequibles, o que nuestra pareja los utilice,
- el derecho a recibir una atención de salud de la más alta calidad en el embarazo, parto y en todos los otros momentos de nuestra vida sexual y reproductiva,
- el derecho a compartir las responsabilidades de la sexualidad y la reproducción con la pareja,
- el derecho a protegernos de infecciones de transmisión sexual, incluido el VIH/SIDA, en especial cuando se trata de mujeres adolescentes y niñas,
- el derecho a una participación igualitaria de las mujeres en las instancias de decisión del área de la salud, para que nuestras demandas reales y urgentes tomen preeminencia.