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Declaración del Caucus de América Latina y el Caribe en el contexto de la celebración del décimo quinto aniversario de la aprobación de la Declaración y Plataforma de Beijing.

Las organizaciones que conforman el Caucus de América Latina y el Caribe, a más de 100 años de ocurridos los hechos que se conmemoran en el  “Día Internacional de la Mujer”, reconociendo que las mujeres somos diversas cultural, étnica, sexual e inter generacionalmente:

-      Nos solidarizamos con las mujeres víctimas de los recientes terremotos ocurridos en la región (Haití y Chile) y  demandamos la urgente  y respetuosa atención a sus necesidades emergentes. Instamos a los gobiernos a reconocer a las mujeres como interlocutoras en el proceso de reconstrucción, planificación y reparación de sus países.

-          Reivindicamos, como marco de la democracia, el Estado de Derecho, la independencia de poderes y la vigencia plena de los derechos humanos. Rechazamos todo tipo de distorsión de la democracia a un ritual electoral, así como todo tipo de intervención política y militar que vulnere los derechos ciudadanos y la autonomía de nuestros países, afectando de manera diferenciada y profunda a las mujeres.

-          Rechazamos los graves retrocesos y obstáculos que se presentan en la región de America Latina y el Caribe en materia de derechos sexuales y derechos reproductivos. Exigimos el establecimiento efectivo de Estados Laicos que actúen con total independencia de las presiones de grupos conservadores y que reconozcan, respeten y aseguren el derecho de las mujeres a decidir libre e informadamente sobre su sexualidad, su vida reproductiva y su derecho al aborto, en el marco de lo ya reconocido por el Comité CEDAW y el Consenso de Quito.

-          Llamamos la atención sobre los efectos del cambio climático cuyas consecuencias afectan diferenciadamente a las mujeres. Exigimos a los Estados y a la comunidad internacional actuar con responsabilidad desde una perspectiva de género.

-          Denunciamos que los avances normativos registrados para encarar el problema de la violencia de género no son suficientes, ni adecuados para erradicar estas violaciones de derechos humanos. Todas las formas de violencia de género persisten y gozan de impunidad, especialmente la violencia domestica, la violencia sexual, el feminicidio/femicidio, la trata de mujeres y la violencia sexual en el contexto de conflictos armados. Exigimos la adopción de medidas integrales, incluyendo presupuesto, desde un enfoque que identifique las relaciones desiguales de poder como problema  estructural que genera este tipo de violación a los derechos de las mujeres.

-          Denunciamos que pese a los avances normativos existentes, aún persiste la brecha en la participación de las mujeres en espacios políticos de representación, de decisión y de poder, especialmente de las más jóvenes y de aquellos colectivos de mujeres en situación de vulnerabilidad. Rechazamos la distorsión de las demandas de género que promueven personas o grupos que no representan los intereses, las necesidades ni las aspiraciones de las mujeres y que continúan reflejando estereotipos patriarcales.

-          Llamamos la atención de los Estados sobre las consecuencias negativas de sus políticas de migración interna y externa en los derechos humanos, repercutiendo de manera diferenciada en las mujeres. Muchas de las migraciones constituyen desplazamientos forzados que se originan por causas económicas, conflictos armados, guerra, desastres naturales, narcotráfico, discriminación por orientación sexual e identidad de género, entre otros.

-          Reconocemos que la pobreza y la extrema pobreza que atraviesan nuestros países son producto de la persistencia de políticas públicas que no fomentan una distribución equitativa de recursos y riquezas que genera la sociedad, así como, de sistemas corruptos e ineficientes. Llamamos la atención sobre el impacto diferenciado de la pobreza sobre la vida de las mujeres, especialmente en las indígenas, afrodescendientes y otros grupos en situación de vulnerabilidad. Exigimos a los Estados que adopten los cambios necesarios en el conjunto de políticas que afirmen  el desarrollo sostenible y la igualdad de derechos y oportunidades.

-          Exigimos una transformación de la institucionalidad educativa que permite a las niñas, jóvenes y mujeres un horizonte más amplio de vida sustentado en el ejercicio de los derechos humanos, así como de su ciudadanía.

-          Exigimos a los Estados implementar, aplicar y dar seguimiento a las resoluciones 1325 y 1820 de las Naciones Unidas, con recursos económicos y humanos suficientes, así como con una institucionalidad acorde a las funciones que ahí se  asignan.

-          Observamos con preocupación la resistencia de algunos Estados de suscribir el Protocolo facultativo de la CEDAW, situación que redunda negativamente en el derecho a justicia y reparación que toda víctima de violaciones de derechos humanos tiene.

Las organizaciones que conforman el Caucus para América Latina y El Caribe exigimos que el mecanismo en proceso de creación de las Naciones Unidas cuente con una misión y mandato  que responda a los desafíos mundiales de las mujeres. Exigimos un órgano independiente con capacidad política de incidir en los gobiernos y en las agencias de las Naciones Unidas, con presupuesto autónomo y suficiente y liderado por personas comprometidas con los derechos de las mujeres desde una perspectiva de derechos humanos y de género.

Red Nacional de Mujeres de Colombia

Mesa por la Vida y la Salud de las mujeres - Colombia

Confluencia de Redes de Mujeres – Colombia

PEN Internacional

Red de Educación Popular entre Mujeres (REPEM) Latinoamericana y Del Caribe

Grupo de Información de Reproducción, GIRE.

Comunidade Bahá´i do Brasil

Congregación de Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor

Unión de Escritores y Artistas de Cuba

DEMUS – Perú