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CEDAW + 30: El desafío: lograr una implementación cabal

Por Norma Loto

Buenos Aires, diciembre (SEMlac).- ¿Hacia dónde vamos con la Convención contra todas las formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) cuando ya han pasado tres décadas? Contestar esta cuestión plantea referirse a  los obstáculos y algunas falencias del pasado y del presente, para así poder avanzar hacia el cumplimiento pleno de  la convención.

 

Quizás uno de los puntos a considerar es la utilización del concepto de igualdad como idéntico a equidad.  Es que, según la teoría de los derechos humanos, la igualdad  exige tratamiento no discriminatorio y acción estatal. Es decir, exige un tratamiento del cual resulte el goce pleno de los derechos humanos.

En cambio, equidad remite a  un concepto que no está vinculado a los derechos humanos ni a la eliminación de la discriminación, ni exige acción estatal. Así, una política puede ser equitativa sin que resulte en la eliminación de discriminaciones indirectas o históricas que padecen las mujeres.

Sin embargo, en las últimas décadas el movimiento de  mujeres y feministas ha utilizado ambos términos como idénticos.


“Es una equivocación conceptual y estratégica del  movimiento. Es cierto que el movimiento fue haciendo suyo esa utilización terminológica, pero no se debe olvidar que se debió a que los gobiernos empezaron a usar mucho ese término (equidad) y el movimiento lo tomó sin cuestionarlo”, señala a SEMlac la reconocida jurista feminista y consultora costarricense  Alda Facio.


A pesar de esa actitud estratégica del movimiento de mujeres, hay Estados como Chile, Cuba, El Salvador, Honduras y Nicaragua que aún no han ratificado el Protocolo Facultativo de la CEDAW, que si bien  es opcional, permite la presentación de casos individuales de violación de los derechos humanos de  las mujeres y también la solicitud de que el Comité visite el país, a fin de  elaborar un informe sobre alguna violación reiterada.


“En este sentido, considero que los Estados temen a que las mujeres, a partir de  la ratificación del  protocolo, denunciemos muchos  casos. Con este temor se demuestra que los Estados están concientes de la discriminación contra las mujeres y de que no se ha implementado la CEDAW como se debería”, reflexiona Facio.


“Por otro lado, no debemos olvidar a la  jerarquía católica, que entiende que con el Protocolo se reconocerán los derechos sexuales y reproductivos. Hubo una campaña de desprestigio, de miedo, basada en que la ratificación del Protocolo obliga a los Estados a legalizar el aborto, lo cual no es cierto”, agrega.


Sin duda, la percepción imperante es que la alianza “estado –iglesia” (católica) parece intacta, cada vez más fuerte y determinante en la región. Respecto  a  ello, Alda Facio considera que esa alianza “es el obstáculo más grande. A pesar de que muchos Estados son laicos, la iglesia forma parte de ellos”, explica.


“La mayoría de los Estados le dan mucha participación política a la iglesia católica. Esta institución tiene decisión en muchas leyes y políticas estatales. Por eso, la jerarquía de la iglesia católica será  siempre un obstáculo para el desarrollo de los derechos humanas  de las  mujeres, porque sin  derechos reproductivos las mujeres no podemos gozar de otros derechos”, precisa la jurista.


¿A treinta años de la CEDAW, cuál es el mayor desafío? “Lograr su implementación. Creo que ni un sólo artículo de la convención ha sido implementado. Aunque los Estados la han ratificado, su implementación no a sido cabal”, concluyó Facio ante SEMlac.


CEDAW + 30: El Estado omite sus responsabilidades


Por Norma Loto/ SEMlac).- Los festejos por las tres décadas de la Convención de las Naciones Unidas sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW)  culminó con las reflexiones y análisis de Gladys Acosta, Jefa de UNIFEM para la sección América Latina y El Caribe, y de Amerigo Incalcaterra, integrante  del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH).

La titular de UNIFEM en la región hizo referencia al ritmo en que avanza la participación política de las mujeres y dijo que, haciendo una proyección de los datos actuales, se necesitaría cerca de 47 años para llegar a la zona de la paridad.

“El objetivo es producir una aceleración del proceso que evidentemente no está en las manos de UNIFEM, sino en manos de la sociedad, de los movimientos y de los estados”, manifestó Acosta

Respecto a los Estados y sus responsabilidades, en cuanto a los  derechos humanos de las mujeres, Acosta sostuvo que los Estados aun no comprenden sus responsabilidades.

En el ámbito estatal “hay cierta omisión de  responsabilidades de los derechos de las mujeres. Los Estados muchas veces llegan tarde; cuando el daño ya se ha producido. Por eso pretendemos que los Estados no actúen con dejadez”, señaló.

La Jefa de UNIFEM advirtió que la causa de esa incapacidad, por parte de los  Estados, reside en la “falta de dirigencia adecuada, focalizada a nivel estatal, porque no está lo suficientemente difundido lo que la CEDAW acuerda y lo que ha  producido  la Comisión”.

Posteriormente,  Amerigo Incalcaterra, integrante del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, también se refirió a las falencias de los Estados.

“Estamos viviendo un avance de la violencia en la región, los crímenes organizados están en aumento y la mujer es uno de  los  objetivos de esos grupos criminales, y en esto se nota la ausencia de los Estados”, dijo.

Incalcaterra también aludió a la pobreza como uno de los signos de la desigualdad, realidad en al cual las mujeres son las más perjudicadas. En este sentido, el miembro de ACNUDH habló sobre la necesidad de que la CEDAW se refleje en planes y acciones específicas.

Porque de esa manera se podrá establecer “un medidor de tiempos, un medidor del cumplimiento y una posibilidad de comprensión real acerca de algunos derechos que han sido acordados en la convención”, afirmó Incalcaterra.


CEDAW + 30: Recomendaciones para seguir construyendo


Por Norma Loto/SEMlac).- Varias recomendaciones para lograr el genuino –y muchas veces postergado- cumplimiento de Convención de las Naciones Unidas sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) resultaron del debate que tuvo lugar en Buenos Aires, el 11 de diciembre,  durante el festejo por los 30 años de esa instancia internacional. Las sugerencias fueron producto de debates grupales entre las expertas.


Algunas de las recomendaciones giraron en torno al concepto de igualdad. En este sentido, se manifestó la necesidad de re significarlo y  “propiciar el diálogo y la interlocuciones  sobre el concepto de igualdad”.

Es imperioso que este diálogo lo protagonice “el Comité  de la CEDAW junto a los organismos de Derechos Humanos”, dijo una de las relatoras.

Además, se mencionó la importancia de crear una  task force –de carácter autónomo y comprometido con los objetivos  de la CEDAW- que ayude a reforzar el debate y  resignificación del concepto de igualdad. A la vez, se propuso fortalecer el mecanismo de  seguimiento de los fallos y  ampliar los recursos del Comité.

Referido a la  participación política, derechos sexuales y derechos reproductivos, el debate se inició con una interrogante: ¿la participación política de las  mujeres ha redundado en beneficio de los derechos sexuales y reproductivos? “No, necesariamente”, fue la respuesta de ese grupo de trabajo.

Entonces es necesario  saber “cuál es  la calidad de la participación política de las mujeres”, sostuvo la relatora. En este sentido, se recomendó “promover estudios de impacto sobre la calidad de participación política de las mujeres y su impacto sobre  los derechos sexuales y derechos reproductivos”.

Las expertas de este grupo concluyeron en la necesidad de promover estudios sobre mujeres víctimas por la falta de cumplimientos de las recomendaciones de la CEDAW y abogaron por la creación de mecanismos de seguimiento para que los Estados cumplan con las recomendaciones y observaciones que propone la Convención.

Precisamente ese punto fue el eje de la última relatoría, que reflexionó acerca de cómo los Estados dan cumplimiento a los compromisos de la CEDAW.


Si bien en la región se percibe un interés creciente por la creación de  leyes que respeten la Convención, muchas veces sucede que “las  leyes que reflejan la CEDAW lo hacen  en sus fundamentos y no en sus mandatos. Hay leyes que no se trasforman en políticas concretas que  garanticen los derechos humanos de  las mujeres”, subrayó la relatoría.

En este sentido, se expresó la necesidad de obtener datos empíricos para un diagnóstico sustantivo que permita mirar las desigualdades y el monitoreo del cumplimiento de la CEDAW. Igualmente, se valoró la importancia de dotar de recursos económicos,  técnicos y de personal a todos los espacios creados para trabajar por los derechos de las mujeres.

Sin embargo, uno de los principales aportes de esta relatoría  consistió en la importancia de difundir las sentencias,  ya esta sería una forma de trasmitir cómo la Justicia  interpreta y aplica los conceptos que establece la Convención.


CEDAW + 30: EL CAMINO HACIA LA VERDADERA IGUALDAD.


Por Norma Loto/SEMlac/Mirar todo lo que se hizo y mirar todo lo que queda por realizar, fue la reflexión de  todas las personalidades que protagonizaron la apertura del la celebración de los 30 años de la CEDAW en América Latina y el Caribe, que se realizò en la Ciudad de Buenos Aires-

La actividad se realizó en el emblemático Palacio San Martín y contó con la presencia de las miembras y ex miembras del Comité. Lo importante: es que no sólo estaban las expertas y expertos invitados, sino también un nutrido puñado de mujeres el movimiento feminista argentino que desde diferentes ONGs y desde el Concejo Consultivo de la Sociedad Civil, hicieron posible la aprobación en Argentina del Protocolo Facultativo de CEDAW en 2006

Las palabras iniciales estuvieron a cargo de  Magdalena Faillace, Representante Especial para temas de mujer en el ámbito internacional de la Cancillería Argentina que  remarcó la importancia de estos 30 años de la Convención y recalcó que se trata de una herramienta importante para el diseño de las políticas de estado.

Aunque luego reflexionó que “las mujeres necesitamos que se nos reconozcan como diferentes”, ya que con ese reconocimiento, “serà la única forma “de obtener la verdadera igualdad”

Posteriormente el Ministro de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto de la Jorge Enrique Taiana se refirió que a pesar de todos los esfuerzos y progresos que han surgido luego de la aprobación de la Cedaw, “la tarea está muy lejos de ser cumplida, respecto  la igualdad ente los géneros.


Es que “las mujeres -expresó el Canciller- siguen en estado de subordinación, lo que es más visible en los sectores populares, y esa subordinación  también es palpable  “ en la discriminación salarial y en el ejercicio de la violencia”,.

Por eso , “los treinta años no debe pensarse en todo lo que se ha avanzado, sino que se debe reconocer todo lo que debe recorrer para conseguir un sociedad libre. Y una sociedad libre, debe tener mujeres libres”, concluyó Taiana.

En tanto que Gladys Acosta Vargas, jefa de UNIFEM para América Latina y el Caribe se refirió a la importancia de la CEDAW como instrumento que garantiza la igualdad entre hombres y mujeres.

Pero manifestó que esa igualdad debe cristalizase en hechos. Porque la “igualdad es un concepto real y concreto, es un derecho. Y las mujeres del mundo no pueden esperar más”

“Ese derecho (a la igualdad) es una deuda pendiente, que ya no tiene moratoria”, concluyó Gladys Acosta Vargas”