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por Maya Cu/ Red Mujeres al Aire

El 25 de noviembre de 2008 se realizó en la ciudad de Huehuetenango el Festival Sobreviví, estoy aquí y estoy viva, el cual incluyó dentro de sus actividades la presentación de la obra teatral UN NUDO EN LA GARGANTA, de Rayuela Teatro.

Esta obra posee un valor que pocas obras de arte logran. Me refiero a la sencillez que se trasluce en el montaje, el guión y la actuación. Todo ello evoca la época del teatro popular de finales de los ochenta e inicios de los noventa, con la diferencia de que Rayuela no introduce un discurso preelaborado, tendencioso. Solo se enfoca en reflejar la realidad utilizando las edades de una mujer sobreviviente del conflicto armado interno.

A ello se agrega el profesionalismo de las integrantes del grupo.

La noche del 25 de noviembre recién pasado, nuevamente se presentó dicha obra en el marco de la inauguración del Encuentro de Arte Comunitario organizado por Caja Lúdica.

Hoy, 26, nuevamente se hizo ver el nudo. Solo que esta vez, acompañado de los testimonios de mujeres reales, sobrevivientes de violencia sexual, provenientes de diferentes departamentos del país.

Desde hace un año, me quedé con el nudo, literalmente “atorado”, sin poderlo desatar.

Sin embargo hoy, la presencia de estas valientes mujeres que se atreven a nombrar su dolor, a nombrar el delito y a los hechores del mismo; las que se atreven a pedir justicia en una plaza pública –la cual también fue escenario en el pasado del secuestro de otra mujer valiente, Alaíde Foppa- hacen posible que se vaya desatando el nudo del llanto, del dolor, del miedo y la vergüenza.

Aun así, hacía falta algo. El grito. Por ello, Ana Carter (Costa Rica), Karla Lara (Honduras), Mimi Pineda, Sandra Morán y Vilma Perussina (Guatemala), acompañadas por un grupo de músicos guatemaltecos, subieron al escenario para entregarnos el espectáculo CAntarte vida.

Una tarde-noche maravillosa para darle vida a un sueño: la banda centroamericana de músicas y cantautoras.

La negritud, los tambores, la ternura y los arreglos musicales provocaron gritos de alegría, de emoción, baile compartido.

No cabe duda que para desatar los nudos, hace falta una tambora mujer que nos de la libertad de abrir la boca, alzar los brazos y desnudar la memoria, para prepararle una emboscada rotunda a la tristeza, como dice el poema de Nora Murillo que interpretó Sandra Morán.

El concierto CAntarte Vida, forma parte de la campaña UNETE, PARA PONER FIN A LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES y se presentará nuevamente este viernes 27 de noviembre en TrovaJazz, zona 4, a las 21:00 horas. Y el domingo 29, a las 11:00 horas en el Parque Morazán, 6ª Av. y 3ª calle, zona 2.