RADIO INTERNACIONAL FEMINISTA-FIRE |
Encuentro:
“Un Mundo Sin Armas: Mujeres Construyendo la Paz” LA
CANCIÓN Ponencia de
Guadalupe Urbina cantautora costarricense TEXTO DE LA Ponencia de Guadalupe Urbina cantautora costarricense Por:
Radio Internacional Feminista “...la
música y la canción son un
camino, y los caminos siempre es mejor andarlos. Las palabras, por sí
solas, si no son acompañadas por la melodía que sabiamente las elige
pueden decolorarse muchas veces, otras veces las palabras eligen a las
melodías para acompañarse y dejar al descubierto la verdadera
profundidad, el verdadero color o la verdadera magia que las palabras
tienen”. La
canción es el tema que me toca a mi, porque es el tema que yo puedo
tratar. Mi experiencia de
trabajo, trabajo con niños y niñas con jóvenes que han encontrado en
el trabajo artístico, que combina la música, el teatro, la danza,
crear su propia escenografía, hacer sus propias canciones, han
encontrado una manera de expresarse. Para
mí la más integral. Muchas
veces me pregunté por qué razón el trabajo artístico o cultural,
como la gente le llama, ésta
siempre tan relegado, ahora comentábamos
que en las conferencias importantes no hay espacio para el arte, ni para
las pinturas, ni para la música, ni para la poesía,
porque son demasiados los conferencistas y toda gente importante.
Las
mujeres se plantean ya sea en la práctica o en sus conferencias y reuniones, la música.
Para mí la música debe estar
en algunas ocasiones en primer plano y concretamente, si es cierto que
la música: que es el sonido organizado por alguna mente producido por
un instrumento y muchas veces acompañado de la voz humana es una onda
que se mueve por el espacio, pues las
ondas tienen poder de mover, las ondas mueven cosas mueven corrientes eléctricas,
las ondas mueven energía
química. Por
lo tanto el tema que a mí me trae aquí es la canción, hacer una canción
es encontrarle camino a las emociones y a las sensaciones. Y qué somos
sino un puñado de emociones y de sensaciones que tratamos de trasmitir
a través del pensamiento ordenado que alguna gente llama razonamiento. ¿Cómo
puede haber razonamiento si no existe una manera de sentir emociones y
de analizar las sensaciones? ¿Tienen
algún camino las emociones? Sí,
la música. Y por
eso no es tan fácil teorizar porque la música y la canción es un
camino, y los caminos siempre es mejor andarlos. Las palabras, por sí
solas, si no son acompañadas por la melodía que sabiamente las elige
pueden decolorarse muchas veces, otras veces las palabras eligen a las
melodías para acompañarse y dejar al descubierto la verdadera
profundidad, el verdadero color o la verdadera magia que las palabras
tienen. Juntas
las palabras y la melodía pueden llegar a desentrañar la maravilla del
misterio de la vida, porque la canción es una manera de vivir la magia
de ser parte del misterio más que una manera de describirlo, la canción
es una emoción que se regala y se comparte con otras gentes.
A buenas emociones siempre buenas canciones o buena música. no puedo
olvidarme nunca de la Mazurkica Modernica de Violeta Parra que dice: "Me
preguntári con varias persónicas, Si peligrósicas
para las másicas, son las canciónicas agitadóricas ay
que pregúntica tan infantílica, solo un piñuflico la formulárica, pa`
mis adentricos yo comentárica” Una
mujer que canta en particular y que tiene un auditorio se sabe poseedora
del don especial de la comunicación. Es un regalo que no se vende o se
cambia por unos dólares más o por una imagen de sex símbolo. No
es ingenuo el control que se ejerce sobre la producción artística en
general, sobre la experiencia
creativa y la relación que el público establece con la música, el
teatro, la pintura, la danza y quienes la interpretan. Quienes ostentan
el poder económico como cualquier manera de manipulación masiva tienen
amplio conocimiento del poder de la canción de ahí su interés por
encerrarla en escuelas, en movimientos, en teatros de culto a la
aristocracia. ¿Qué es música culta o qué es música inculta, qué son políticas o movimientos culturales? La política de este orden actual establecido no es amiga de la profundidad, por lo menos no de la profundidad de la canción, la canción va más allá de los estilos contemporáneos y actualmente va más allá de las nuevas tecnologías es cierto que expresa las épocas en donde sé ha originado pero vuela por encima de ellas. ¿Por
qué las transnacionales han hecho del mercado musical un espacio enajenado y de la música un artículo
superfluo, ocioso y barato cuando son el tercer estamento en el mundo
que produce dinero, después de la guerra por supuesto y del tráfico de
drogas? ¿Por
qué en la actualidad la mayoría de la música light, ligera, chatarra
está toda dirigida a la gente joven? La
respuesta es obvia si tomamos en cuenta que la adolescencia es esa etapa
de la vida en la que buscamos s nuestro propio camino y nos alejamos de las pautas marcadas por los adultos. Las
personas se encuentran en ese momento de
la vida en que pueden transgredir con valentía,
pero también en que somos tan dúctiles. El sistema ha sabido
como asimilar a las/os jóvenes, de la misma manera que asimila
las grandes conquistas de las mujeres por una
sociedad más justa y por una justicia más femenizada. Yo
me imagino que si tuviéramos acceso a escuchar una programación
radial variada, aprenderíamos a elegir y elegir es un derecho, que
quienes detentan el poder no le dan a quienes viven sujetos a sus
democracias de risa en
donde ya no hace falta,
como en el Chile de Pinochet, prohibirle a la gente utilizar este
instrumento o aquel otro. Ahora basta con que ninguna emisora de radio
programe tu música porque no esta a la moda. ¿Alguien quiere más mordaza que la de no ser escuchada, es que existe otra mordaza o una mayor agresión que la de no ser escuchada? Y
si decides irte a tocar a la calle porque te da la gana revelarte,
entonces llega policía municipal y te piden el permiso y si no lo
tienes se acabó la canción. Es
dolorosa la experiencia creativa para cualquier mujer inteligente,
animosa y sin miedo al aparato comercial, a muchas este temor y este
dolor de la invisibilización las lleva a retraerse, a retirarse o a
desnudarse el cuerpo y el
alma ante las cámaras de vidrio, a fin de no dejar morir ese poder que
se encuentra desde tiempos inmemoriales
oculto en su corazón. Me
duele mucho en el corazón Janis Joplin,
el hermoso cuerpo de Jennifer López y la boda cursi de Madonna
con invitados como Sting o Elton John que se atreven
por unos dólares más a aparecer y a cantar al lado de Eminen
que odia a los
homosexuales. ¿Cómo vivir sin dolor, cómo sobrevivir sin dolor al mundo del espectáculo globalizado? Pues
les puedo decir que la única manera posible es cuando una se siente
acompañada, cuando una sabe que hay gente que a pesar de todo está
cerca de lo que estás haciendo y te acompaña, esa convicción y la
solidaridad es lo único que nos permite seguir adelante porque sino ya
nos habríamos tomado una sobredosis de indiferencia, otra de coca y las
que tienen dinero ya se compran un Jaguar, para poder echar pa´ alante. Es
muy triste esta hipocresía de la política cultural oficial, quiero
decir de las políticas de las transnacionales de la cultura que dirigen
a nuestros gobiernos y a nuestros mercados. Mercados,
maravillosa palabra, gracias a él usted puede tirarse cinco horas de
Parsifal en la meliflua pero apasionada
voz de Plácido Domingo, sin importarle si Wagner era fascista o no;
porque ese no es el punto, el punto importante es la pose, el estatus de
conocer la música clásica alemana. Los
alemanes siempre son noticia musical, los europeos consideran
su música seria aunque seriamente no toda la sea.
Por supuesto que eso
no quiere decir que no haya artistas fuera de serie, como Bach,
Mozart, Chopin, Lizst o
Bartok, de todos modos nunca nos falta un señor periodista que nos
recete una sonata de Mozart para el desayuno, para la sobremesa uno de
los Improntus de Schubert y para la noche Schumann. Jamás
nos van a recomendar la música de un pueblo olvidado en el Asia,
estas recomendaciones me hacen pensar en “panza llena,
concierto clásico”. Pero eso es sólo un botón de muestra en un
mundo mal repartido en donde unas cuantas personas se gastan y derrochan
lo que a las grandes mayorías les falta. Todavía
me falta hablar, porque el tiempo no me va alcanzar, sobre los
caballeros de la Cofradía del mutuo elogio, que hacen
pop, rock, heavy metal, hip hop,
jungle, alternativo de izquierda, de derecha, de derecha que
parecen de izquierda o de izquierda que parecen de la orden ortodoxa del
Opus Dei musical. Pero
éstos no son tiempos de seguir quejándonos, si no de cantar. Estos son
tiempos solamente para cantar, felizmente muchas cosas cambian, quienes
tienen logradas todas las seguridades que este orden les da, ya no
pueden seguir durmiendo los laureles. Para nosotras un ciclo largo y
doloroso por primera vez es cuestionado y esto me hace suponer que ha
comenzado el fin de este ciclo. La
sonada era industrial, ya no tiene
toda nuestra credibilidad excepto aquello que de verdad nos sirve
para seguir contando este cuento. La ciencia y la tecnología no han
logrado ni siquiera con los electrodomésticos domesticarnos totalmente
y las riquezas de las sociedades norteamericanas
y las europeas occidentales se asientan sobre el despojo, el tráfico de
almas y cuerpos que desde
hace siglos se inició en los barcos
de los comerciantes aventureros, mercenarios, corsarios negreros
de esa Europa digna y civilizada. La
canción tiene un poder único y ese poder es el que mueve el cuerpo y
las sensaciones y te transporta
inevitablemente a una dimensión de empoderamiento. La música convoca,
reúne y sobre todo libera lo que ustedes desean liberar. Esas ondas de
sonido que se esparcen por el espacio, transforman todas las emisiones
electrónicas de cada objeto o cosa viva que se encuentre a su
alrededor. Así
de maravillosa y así de peligrosa es la canción, es un termómetro,
una catapulta, una lupa, una medicina, un motor y por ello
nos amordazan con músicas que no podemos sentir, ni cantar, ni
bailar y nos obligan a escucharla 30 veces al día enajenándonos de
toda capacidad de criticar, diferenciar y de por lo tanto de elegir. Las
mujeres hemos comenzado a tomarnos el espacio, enhorabuena, la voz, la
palabra cantaba para reivindicar la maravilla de la canción desde de
las entrañas para meternosla en
el cuerpo, o en el útero y
a aquellas que se lo han extirpado no
importa igual funciona, y
para parirla y al parirla la
reinventamos y la redimensionamos. Ya no creemos en la gran
mentira de las transnacionales a pesar de sus voces pegajosas y
brutales, a pesar de sus galanes de pantalón ajustado en la bragueta o
de las bellezas de silicona envueltas en lencería tentadora. Sin
ser ricas, ni tener un ejército a nuestro servicio, sin tener acceso a
los adelantos tecnológicos, seguimos creando, creyendo, creciendo, nos
tienen cercadas con la falta de repercusión pública; pero a quien le importa,
a quien le preocupa una repercusión pública dirigida a unas élites,
que además ni
siquiera son inteligentes. Estas
elites son quienes
finalmente tienen acceso a las mejores producciones musicales y creen
que de esta manera tienen a la emoción bajo control, a la magia bajo
control porque la música es capaz de transformar a las niñas y a los
niños, es capaz de hacer cuestionarse y estimular la creatividad de la
juventud que se encuentra en la calle víctima del despojo de esta
sociedad en la que vivimos. Decadencia,
lentejuelas, luces de neón, consumo, enajenación total compiten con
eventos de caridad en donde la Filarmónica de Londres, o el Coro de San
Petersburgo, Plácido Domingo o Luciano Pavarotti amenizan un desayuno
en el hotel Plaza de Nueva York para los directivos de Nike, el Banco
Mundial o algún presidente
de las Naciones Unidas que este de moda. La
cultura viva, esta viva en las calles, en pequeños teatros en patios,
en quilombos de barrios, en
librerías, en cafés, allí en donde se
congregan las emociones ese arte se vuelve dinámico y revuelto con los cuentos, las pinturas y las danzas se transforma y
crece, en la medida en que transforma hace crecer a quienes lo practican
como en un ritual de viejo vudú. Allí es donde el arte regenera y
devela los misterios del equilibrio universal. Por
eso mantengo mi
levantamiento, después de 20 años sigo revelándome al orden
establecido, a sus medidas económicas neoliberales, que no son ni
nuevas, ni liberadas, sino arcaicas y opresoras y mantengo en crisis al
sistema. Lo
mantengo en crisis, yo pequeñita, yo latina, yo cantante con pitos y
flautas, hago canciones, pinto, leo,
cocino alimentos frescos, duermo pocas horas, no veo casi la
televisión y finalmente terminaré tumbando junto a ustedes, este orden
del desamor y la muerte. Le he dado mi golpe de estado, en medio de las
crisis de soledad y frustración
que todas sabemos que hay. Hay
quienes me dicen radical o feminista trasnochada pero yo sé que por
algo estoy aquí cantando, otras
mujeres siguen creando lejos de este paradigma del éxito y para ello es
necesario irse a otra dimensión,
redimensionarse, redimirse, sabiendo
claramente que cualquier éxito mundano y económico no nos exime de
mantenernos alertas. Por
eso lo mío es este levantamiento, este añadirme al cúmulo de las
otras para lograr levantar una montaña de piernas abiertas de par en
par; para parir los hijos y
las hijas con nuestro nombre y nuestras melodías
y los perros y los gatas y
todo lo que tengamos que tener en medio de este Mare Mágnum me
encuentro. Me
redefino igual que ustedes versátil, volátil, mutable,
anfibia. Estoy preparada para mantener el sueño,
para lidiar con quienes me dicen que debo mejorar mi vida, tener
una cuenta en el banco una póliza de vida, un seguro para mi guitarra,
un seguro para mí funeral. El
carecer de eso lejos de hacerme inferior me hace mucho más adaptable a
lo que viene, estoy preparada y lo que viene es candela, lo que viene es
el desbarajuste de este nuevo orden, que de nuevo tiene lo mismo que de
ordenado. Aquí
estoy yo y aquí están
ustedes, con las metamorfosis nuestras frente a la vida,
yo no soy la mujer de Shopenhauer, ahora yo tengo el cabello
largo y las ideas gigantes y no le
envidio el pene a Freud, ni a John Malcovich. ¡Qué
viva mi universo, mi
universo no trata de una guerra, sino
de una resistencia. Sí, eso es, digo resistiendo porque los hombres
individuales no son el enemigo, porque los hombres individuales se van a
convertir en nuestros aliados en este proceso de una nueva construcción! El
enemigo nos ronda día y noche, nos olfatea
y nos dice que una mujer es
mejor que otra o mejor que un hombre si podemos resolverle todos
los entuertos sin quejarnos. Ese enemigo que vive aquí a la
vuelta de la esquina, en mis pensamientos, en mi corazón, en la
habitación en donde duermo y ni siquiera me paga el alquiler. Despierta
enemigo y deja ya de dormir
en los laureles que te estoy pasando la factura y sino me pagas, tienes
que ir encarrilándote hacía
otros rumbos y consiguiendo de paso otro alojamiento, ahora te
corresponde hacer algo y sino vagar errante, hasta que llegue el día en
que no quede un rincón en
donde guarecerte. Porque
nuestro instinto de sobre vivencia habrá eliminado todos los rincones y
vos tendrás que quedarte sólo como Adán, deshaciéndote en un discurso de voz pomposa que ya nadie escuchará, si acaso
tu Dios el último Dios que se muera a
causa de tu injusticia. Ese
día seremos una fiesta de pan y amor hecho de fuego y yo cantaré y
todos y todas cantaremos porque:
“... la canción es una bruja de
alas grandes que se cuelga en el alero de los sueños y yo voy sobre mis
huellas con los pies de plomo, astronauta en el planeta de los vuelos
rojos” y “así me voy por la vida buscando la luz o el contraste en
la maravillosa oscuridad”. “¡Vaya cueva, nebulosa, vaya polvo de
canciones que me vuelven surco de constelaciones!”. Esta
era en realidad una exposición que he venido escribiendo desde hace
mucho tiempo y anoche después de conversar mucho con otras mujeres
termine de saber exactamente cómo terminaba. Decirles
que en efecto todo lo que digo allí es: que creo que firmemente que las
mujeres hemos desarrollado un montón de estrategias para vivir este
proceso de transformación y estamos
muchas detrás de un paradigma nuevo porque este sabemos que no
funciona. Creo
firmemente que nosotras no podemos seguir recurriendo a las formas de
hacer del orden establecido, del patriarcado, nosotras tenemos que crear
dinámicas distintas de reunirnos, de hablar, de discutir porque
conocemos otras formas. Por eso para mí involucrar la música el teatro la danza el amor por la palabra realmente creo que va generar una revolución en la conciencia de la gente porque no hay nada mejor que la palabra cantada, la palabra hablada o el sonido que algunas gentes no lo creen pero transforma definitivamente desde la columna vertebral hasta la uña del pie. ¡Muchísimas
gracias y yo las invito a que de verdad consideren en este proceso de
paz que además nosotras estamos en primera fila en ese proceso porque
no queremos que nuestras hijas y nuestros hijos vayan a la guerra, que
consideren definitivamente que la expresión artística y
cultural es clave. (fin) Artículo: Mujeres: no estamos solas por la paz Para más información ira www.fire.or.cr |