RADIO INTERNACIONAL FEMINISTA-FIRE

Mayo 2006

 

Encuentro: “Un Mundo Sin Armas: Mujeres Construyendo la Paz”
San José, Costa Rica, 2-3 de mayo de 2006. 

 
Edie Hartshorne y Guadalupe Urbina

LA CANCIÓN Ponencia  de  Guadalupe Urbina  cantautora costarricense 

TEXTO DE LA  Ponencia  de  Guadalupe Urbina  cantautora costarricense 

Por: Radio Internacional Feminista

“...la música y la canción son  un camino, y los caminos siempre es mejor andarlos. Las palabras, por sí solas, si no son acompañadas por la melodía que sabiamente las elige pueden decolorarse muchas veces, otras veces las palabras eligen a las melodías para acompañarse y dejar al descubierto la verdadera profundidad, el verdadero color o la verdadera magia que las palabras tienen”.

La canción es el tema que me toca a mi, porque es el tema que yo puedo tratar.  Mi experiencia de trabajo, trabajo con niños y niñas con jóvenes que han encontrado en el trabajo artístico, que combina la música, el teatro, la danza, crear su propia escenografía, hacer sus propias canciones, han encontrado una manera de expresarse.

Para mí la más integral.  Muchas veces me pregunté por qué razón el trabajo artístico o cultural, como la gente le llama,  ésta siempre tan relegado, ahora  comentábamos que en las conferencias importantes no hay espacio para el arte, ni para las pinturas, ni para la música, ni para la poesía,  porque son demasiados los conferencistas y toda gente importante. 

 Las mujeres se plantean ya sea en la práctica o en sus  conferencias y reuniones, la música. Para mí la música debe  estar en algunas ocasiones en primer plano y concretamente, si es cierto que la música: que es el sonido organizado por alguna mente producido por un instrumento y muchas veces acompañado de la voz humana es una onda que se mueve por el espacio, pues  las ondas tienen poder de mover, las ondas mueven cosas mueven corrientes eléctricas, las ondas  mueven energía química.

 Por lo tanto el tema que a mí me trae aquí es la canción, hacer una canción es encontrarle camino a las emociones y a las sensaciones. Y qué somos sino un puñado de emociones y de sensaciones que tratamos de trasmitir a través del pensamiento ordenado que alguna gente llama razonamiento.

 ¿Cómo puede haber razonamiento si no existe una manera de sentir emociones y de analizar las sensaciones?  ¿Tienen algún camino las emociones?

 

 Sí,  la música.  Y por eso no es tan fácil teorizar porque la música y la canción es un camino, y los caminos siempre es mejor andarlos. Las palabras, por sí solas, si no son acompañadas por la melodía que sabiamente las elige pueden decolorarse muchas veces, otras veces las palabras eligen a las melodías para acompañarse y dejar al descubierto la verdadera profundidad, el verdadero color o la verdadera magia que las palabras tienen.

Juntas las palabras y la melodía pueden llegar a desentrañar la maravilla del misterio de la vida, porque la canción es una manera de vivir la magia de ser parte del misterio más que una manera de describirlo, la canción es una emoción que se regala y se comparte con otras gentes.  A buenas emociones siempre buenas canciones o buena música. no puedo olvidarme nunca de la Mazurkica Modernica de Violeta Parra que dice:

"Me preguntári con varias persónicas,  Si peligrósicas  para las másicas, son las canciónicas agitadóricas

ay que pregúntica tan infantílica, solo un piñuflico la formulárica, pa` mis adentricos yo comentárica”

 Una mujer que canta en particular y que tiene un auditorio se sabe poseedora del don especial de la comunicación. Es un regalo que no se vende o se cambia por unos dólares más o por una imagen de sex símbolo.

 No es ingenuo el control que se ejerce sobre la producción artística en general, sobre la  experiencia creativa y la relación que el público establece con la música, el teatro, la pintura, la danza y quienes la interpretan. Quienes ostentan el poder económico como cualquier manera de manipulación masiva tienen amplio conocimiento del poder de la canción de ahí su interés por encerrarla en escuelas, en movimientos, en teatros de culto a la aristocracia.

 ¿Qué es música culta o qué es música inculta, qué son políticas o movimientos culturales?

 La política de este orden actual establecido no es amiga de la profundidad, por lo menos no de la profundidad de la canción, la canción va más allá de los estilos contemporáneos y actualmente va más allá de las nuevas tecnologías es cierto que expresa las épocas en donde sé ha originado pero vuela por encima de ellas.

 ¿Por qué las transnacionales han hecho del  mercado musical un espacio enajenado y de la música un artículo superfluo, ocioso y barato cuando son el tercer estamento en el mundo que produce dinero, después de la guerra por supuesto y del tráfico de drogas?

 ¿Por qué en la actualidad la mayoría de la música light, ligera, chatarra está toda dirigida a la gente joven?

 La respuesta es obvia si tomamos en cuenta que la adolescencia es esa etapa de la vida en la que buscamos s nuestro propio camino  y nos alejamos de las pautas marcadas por los adultos. Las personas se encuentran en ese momento de  la vida en que pueden transgredir con valentía,  pero también en que somos tan dúctiles. El sistema ha sabido como asimilar a las/os jóvenes, de la misma manera que asimila  las grandes conquistas de las mujeres por una  sociedad más justa y por una justicia más femenizada.

 Yo  me imagino que si tuviéramos acceso a escuchar una programación radial variada, aprenderíamos a elegir y elegir es un derecho, que  quienes detentan el poder no le dan a quienes viven sujetos a sus democracias de  risa en donde ya no  hace falta, como en el Chile de Pinochet, prohibirle a la gente utilizar este instrumento o aquel otro. Ahora basta con que ninguna emisora de radio programe tu música porque no esta a la moda.

 ¿Alguien quiere más mordaza que la de no ser escuchada, es que existe otra mordaza o una mayor agresión que la de no ser escuchada? 

Y si decides irte a tocar a la calle porque te da la gana revelarte, entonces llega policía municipal y te piden el permiso y si no lo tienes se acabó la canción. Es dolorosa la experiencia creativa para cualquier mujer inteligente, animosa y sin miedo al aparato comercial, a muchas este temor y este dolor de la invisibilización las lleva a retraerse, a retirarse o a desnudarse el  cuerpo y el alma ante las cámaras de vidrio, a fin de no dejar morir ese poder que se encuentra desde tiempos  inmemoriales oculto en su corazón.  Me duele mucho en el corazón Janis Joplin,  el hermoso cuerpo de Jennifer López y la boda cursi de Madonna con invitados como Sting o Elton John que se atreven  por unos dólares más a aparecer y a cantar al lado de Eminen que  odia a los homosexuales.

 ¿Cómo vivir sin dolor, cómo sobrevivir sin dolor al mundo del espectáculo globalizado?

 Pues les puedo decir que la única manera posible es cuando una se siente acompañada, cuando una sabe que hay gente que a pesar de todo está cerca de lo que estás haciendo y te acompaña, esa convicción y la solidaridad es lo único que nos permite seguir adelante porque sino ya nos habríamos tomado una sobredosis de indiferencia, otra de coca y las que tienen dinero ya se compran un Jaguar, para poder echar pa´ alante.

 Es muy triste esta hipocresía de la política cultural oficial, quiero decir de las políticas de las transnacionales de la cultura que dirigen a nuestros gobiernos y a nuestros mercados. Mercados, maravillosa palabra, gracias a él usted puede tirarse cinco horas de Parsifal en la meliflua pero  apasionada voz de Plácido Domingo, sin importarle si Wagner era fascista o no; porque ese no es el punto, el punto importante es la pose, el estatus de conocer la música clásica alemana.

 Los alemanes siempre son noticia musical, los europeos consideran  su música seria aunque seriamente no toda la sea.  Por supuesto que  eso  no quiere decir que no haya artistas fuera de serie, como Bach, Mozart, Chopin, Lizst  o Bartok, de todos modos nunca nos falta un señor periodista que nos recete una sonata de Mozart para el desayuno, para la sobremesa uno de los Improntus de Schubert y para la noche Schumann.

 Jamás nos van a recomendar la música de un pueblo olvidado en el Asia,  estas recomendaciones me hacen pensar en “panza llena, concierto clásico”. Pero eso es sólo un botón de muestra en un mundo mal repartido en donde unas cuantas personas se gastan y derrochan  lo que a las grandes mayorías les falta.

 Todavía me falta hablar, porque el tiempo no me va alcanzar,  sobre  los caballeros de la Cofradía del mutuo elogio, que hacen  pop, rock, heavy metal, hip hop,  jungle, alternativo de izquierda, de derecha, de derecha que parecen de izquierda o de izquierda que parecen de la orden ortodoxa del Opus Dei musical.

 Pero éstos no son tiempos de seguir quejándonos, si no de cantar. Estos son tiempos solamente para cantar, felizmente muchas cosas cambian, quienes tienen logradas todas las seguridades que este orden les da, ya no pueden seguir durmiendo los laureles. Para nosotras un ciclo largo y doloroso por primera vez es cuestionado y esto me hace suponer que ha comenzado el fin de este ciclo.

La sonada era industrial, ya no tiene  toda nuestra credibilidad excepto aquello que de verdad nos sirve para seguir contando este cuento. La ciencia y la tecnología no han logrado ni siquiera con los electrodomésticos domesticarnos totalmente y las riquezas de las sociedades  norteamericanas y las europeas occidentales se asientan sobre el despojo, el tráfico de almas  y cuerpos que desde hace siglos se inició en los barcos  de los comerciantes aventureros, mercenarios, corsarios negreros de esa  Europa digna y civilizada.

 La canción tiene un poder único y ese poder es el que mueve el cuerpo y  las sensaciones y te  transporta inevitablemente a una dimensión de empoderamiento. La música convoca, reúne y sobre todo libera lo que ustedes desean liberar. Esas ondas de sonido que se esparcen por el espacio, transforman todas las emisiones electrónicas de cada objeto o cosa viva que se encuentre a su alrededor.

 Así de maravillosa y así de peligrosa es la canción, es un termómetro, una catapulta, una lupa, una medicina, un motor y por ello  nos amordazan con músicas que no podemos sentir, ni cantar, ni bailar y nos obligan a escucharla 30 veces al día enajenándonos de toda capacidad de criticar, diferenciar y de por lo tanto de elegir.

Las mujeres hemos comenzado a tomarnos el espacio, enhorabuena, la voz, la palabra cantaba para reivindicar la maravilla de la canción desde de las entrañas para meternosla  en el cuerpo, o en el  útero y a aquellas que se lo han extirpado no  importa igual funciona,  y para parirla y al parirla  la  reinventamos y la redimensionamos. Ya no creemos en la gran mentira de las transnacionales a pesar de sus voces pegajosas y brutales, a pesar de sus galanes de pantalón ajustado en la bragueta o de las bellezas de silicona envueltas en lencería tentadora.

 Sin ser ricas, ni tener un ejército a nuestro servicio, sin tener acceso a los adelantos tecnológicos, seguimos creando, creyendo, creciendo, nos tienen cercadas con la falta de repercusión pública; pero a  quien le  importa, a quien le preocupa una repercusión pública dirigida a unas élites,  que además  ni siquiera son inteligentes.

 Estas elites  son quienes finalmente tienen acceso a las mejores producciones musicales y creen que de esta manera tienen a la emoción bajo control, a la magia bajo control porque la música es capaz de transformar a las niñas y a los niños, es capaz de hacer cuestionarse y estimular la creatividad de la juventud que se encuentra en la calle víctima del despojo de esta sociedad en la que vivimos.

 Decadencia, lentejuelas, luces de neón, consumo, enajenación total compiten con eventos de caridad en donde la Filarmónica de Londres, o el Coro de San Petersburgo, Plácido Domingo o Luciano Pavarotti amenizan un desayuno en el hotel Plaza de Nueva York para los directivos de Nike, el Banco Mundial o algún  presidente de las Naciones Unidas que este de moda.

La cultura viva, esta viva en las calles, en pequeños teatros en patios, en quilombos  de barrios, en librerías, en cafés, allí en donde se  congregan las emociones ese arte se vuelve dinámico y revuelto  con los cuentos, las pinturas y las danzas se transforma y crece, en la medida en que transforma hace crecer a quienes lo practican como en un ritual de viejo vudú. Allí es donde el arte regenera y devela los misterios del equilibrio universal.

 Por eso  mantengo mi levantamiento, después de 20 años sigo revelándome al orden establecido, a sus medidas económicas neoliberales, que no son ni nuevas, ni liberadas, sino arcaicas y opresoras y mantengo en crisis al sistema. Lo mantengo en crisis, yo pequeñita, yo latina, yo cantante con pitos y flautas, hago canciones, pinto, leo,  cocino alimentos frescos, duermo pocas horas, no veo casi la televisión y finalmente terminaré tumbando junto a ustedes, este orden del desamor y la muerte. Le he dado mi golpe de estado, en medio de las crisis de soledad y  frustración  que todas sabemos que hay.

Hay quienes me dicen radical o feminista trasnochada pero yo sé que por algo estoy aquí cantando,  otras mujeres siguen creando lejos de este paradigma del éxito y para ello es necesario irse a otra  dimensión, redimensionarse, redimirse,  sabiendo claramente que cualquier éxito mundano y económico no nos exime de mantenernos alertas.

Por eso lo mío es este levantamiento, este añadirme al cúmulo de las otras para lograr levantar una montaña de piernas abiertas de par en par;  para parir los hijos y las hijas con nuestro nombre y nuestras melodías  y los perros y los gatas  y todo lo que tengamos que tener en medio de este Mare Mágnum me encuentro.

 Me redefino igual que ustedes versátil, volátil, mutable,  anfibia. Estoy preparada para mantener el sueño,  para lidiar con quienes me dicen que debo mejorar mi vida, tener una cuenta en el banco una póliza de vida, un seguro para mi guitarra, un seguro para mí funeral.

El carecer de eso lejos de hacerme inferior me hace mucho más adaptable a lo que viene, estoy preparada y lo que viene es candela, lo que viene es el desbarajuste de este nuevo orden, que de nuevo tiene lo mismo que de ordenado.

Aquí estoy yo y aquí  están ustedes, con las metamorfosis nuestras frente a la vida,  yo no soy la mujer de Shopenhauer, ahora yo tengo el cabello largo y las ideas gigantes y no le  envidio el pene a Freud, ni a John Malcovich.

¡Qué viva mi universo,  mi universo no trata de una guerra,  sino de una resistencia. Sí, eso es, digo resistiendo porque los hombres individuales no son el enemigo, porque los hombres individuales se van a convertir en nuestros aliados en este proceso de una nueva construcción!

El enemigo nos ronda día y noche, nos olfatea  y nos dice que una mujer es  mejor que otra o mejor que un hombre si podemos resolverle todos  los entuertos sin quejarnos. Ese enemigo que vive aquí a la vuelta de la esquina, en mis pensamientos, en mi corazón, en la habitación en donde duermo y ni siquiera me paga el alquiler.

Despierta enemigo y  deja ya de dormir en los laureles que te estoy pasando la factura y sino me pagas, tienes que  ir encarrilándote hacía otros rumbos y consiguiendo de paso otro alojamiento, ahora te corresponde hacer algo y sino vagar errante, hasta que llegue el día en que no quede  un rincón en donde guarecerte.

Porque nuestro instinto de sobre vivencia habrá eliminado todos los rincones y vos tendrás que quedarte sólo como Adán, deshaciéndote en  un discurso de voz pomposa que ya nadie escuchará, si acaso tu Dios el último Dios que se muera a  causa de tu injusticia.

Ese día seremos una fiesta de pan y amor hecho de fuego y yo cantaré y todos y todas cantaremos  porque: “... la canción es una bruja de alas grandes que se cuelga en el alero de los sueños y yo voy sobre mis huellas con los pies de plomo, astronauta en el planeta de los vuelos rojos” y “así me voy por la vida buscando la luz o el contraste en la maravillosa oscuridad”. “¡Vaya cueva, nebulosa, vaya polvo de canciones que me vuelven surco de constelaciones!”.

Esta era en realidad una exposición que he venido escribiendo desde hace mucho tiempo y anoche después de conversar mucho con otras mujeres termine de saber exactamente cómo terminaba. Decirles que en efecto todo lo que digo allí es: que creo que firmemente que las mujeres hemos desarrollado un montón de estrategias para vivir este proceso de transformación y  estamos muchas detrás de un paradigma nuevo porque este sabemos que no funciona.

 Creo firmemente que nosotras no podemos seguir recurriendo a las formas de hacer del orden establecido, del patriarcado, nosotras tenemos que crear dinámicas distintas de reunirnos, de hablar, de discutir porque conocemos otras formas.

 Por eso para mí involucrar la música el teatro la danza el amor por la palabra realmente creo que va generar una revolución en la conciencia de la gente porque no hay nada mejor que la palabra  cantada, la palabra hablada o el sonido que algunas gentes no lo  creen pero transforma definitivamente desde  la columna vertebral hasta la uña del pie.

 ¡Muchísimas gracias y yo las invito a que de verdad consideren en este proceso de paz que además nosotras estamos en primera fila en ese proceso porque no queremos que nuestras hijas y nuestros hijos vayan a la guerra, que consideren definitivamente que la expresión artística y  cultural es clave.

 (fin)

Artículo: Mujeres: no estamos solas por la paz

Para más información ira  www.fire.or.cr