Radio Internacional Feminista Marzo 2007 |
Por una especie poco común llamada paz sin armas
Por
María Suárez Toro RIF/FIRE Permítanme
llevarlos de regreso a la primera pieza que se presentó aquí: la
fascinante producción multimedia titulada HOPE (Esperanza), la cual nos
pone justo en la bifurcación del camino entre la guerra y la paz, y
presenta los asuntos que las rodean en una dinámica tan compleja
precisamente porque reconoce los múltiples vínculos y diferencias entre
los caminos que pueden cambiar la dirección en la cual nos dirigimos o
llevarnos hacia más de lo mismo.
Cuando veo esta producción como la mujer que soy, me doy cuenta que de muchas formas, muchas mujeres han olvidado el camino del poder que ha sido dejado atrás desde hace mucho tiempo. Quizás, no porque somos mujeres como tales, ya que tenemos varios muy malos ejemplos de mujeres al poder… y ustedes saben exactamente a quienes me refiero; sino porque no hemos podido separarnos nosotras mismas de la preocupación por la vida.
Y
cuando traemos nuestras experiencias
personales a organizaciones sociales y políticas, contribuimos esa
preocupación, al igual que muchos hombres que también se preocupan, y así
es como lidiamos con nuestra realidad al subrayar las dinámicas sociales y
políticas desde una perspectiva de preocupación. Cuando nos aferramos a la
preocupación por la vida como una forma de vida, de relacionarse y de
sustento, sin importar si somos mujeres u hombres, no se nos pierde el
camino, hasta en los momentos en los cuales todo parece perdido. Traemos
esperanza (HOPE) en medio de la desesperanza, tan necesaria en la vida
actual donde la guerra y el armamentismo no solo van en
aumento, sino que parecen ser imparables dado el aumento de la
concentración y el abuso de poder alrededor del mundo. No nos perdamos en
el camino.
Cuando
veo esta producción como la costarricense que soy, me doy cuenta que HOPE
muestra no solo lo que ha sucedido históricamente con respecto a caminos y
bifurcaciones, pero me habla del hecho que el drama de preferencia es un
tema recurrente al que nos enfrentamos en nuestras vidas cotidianas.
Nuestras decisiones como personas individuales son parte de un colectivo. No
tomamos decisiones propias para promover la paz sin que estas decisiones se
expresen de manera colectiva, especialmente cuando, como parte de un
colectivo, las bifurcaciones que aparecen en nuestras vidas cambian de
manera crucial la dirección de la misma.
Y
este es el momento en que vivimos en Costa Rica. Uno de esos puntos críticos,
paradójicamente, porque hemos sido un país sin ejército, un país con
leyes protectoras de los bienes comunes, no solo de los bienes que
constituyen las telecomunicaciones (los cuales todavía son públicos en
Costa Rica), el marco de los derechos humanos (los cuales en Costa Rica
siguen siendo el principio fundamental de la ley), o los servicios públicos
(los cuales todavía existen en Costa Rica) sino también de los recursos
naturales (los cuales se preservan en Costa Rica) , la participación democrática
y el firme sistema de soberanía interactiva que hasta logró evitar que
quedáramos atrapados en medio de las guerras centroamericanas desencadenadas por dictaduras locales vinculadas con la Era
de Reagan.
Cuál es el punto clave de la bifurcación que se nos presenta en el camino hoy en día? Entre más converso con gente fuera de Costa Rica sobre nuestra situación actual, mas me doy cuenta de que además de saber que somos un país sin ejército, protector de más de la mitad de sus bienes ambientales y con un sistema universal de servicios públicos que aparenta ser un gran modelo… tenemos la necesidad de explicarle a la gente y conscientizarlos de al menos dos cosas:
La
primera es que la larga historia de décadas sin ejército se presentó y se
ha mantenido gracias a la interacción de todas las cosas previamente
mencionadas. Hasta nuestros antepasados, pero más que todo los niños y niñas
de la nación los cuales conforman la sociedad civil, hemos sabido que sin
un sistema rígido de servicios públicos, sin la protección de los bienes
públicos y sin la participación de todos, un país sin ejército no sería
posible. Para que la gente puede vivir de una forma pacífica, tienen que
tener a su alcance las necesidades básicas. Solo los extremadamente
codiciosos provocarían una guerra por
motivos de poder, y muchos reaccionan al abuso con violencia.
Y
la segunda es aún mas simple. Nosotras como costarricenses nos encontramos
en un momento crucial de
nuestra historia, así como lo estuvimos hace 60 años, en el cual podemos
escoger el camino del aumento de conflicto el cual lleva a las fuerzas
armadas, o el de defender nuestro sistema, el cual nos ha permitido vivir de
la forma en que vivimos, sin importar sus defectos, únicamente tratando de
mejorarlo.
Los
tratados de libre comercio a los que se refirió Guadalupe y que están
siendo apoyados arduamente por la administración actual de nuestro país
poseen cláusulas que permitirían la construcción de armas en Costa
Rica... nos preguntamos para que... y por qué? Independientemente de las respuestas, el hecho es que la
gente, la gran mayoría de la gente, no está de acuerdo con esto porque con
las armas llegan los ejércitos. El CAFTA también aceleraría la
privatización de los distintos tipos de bienes comunes previamente
mencionados, y no es necesario explicar las consecuencias que esto conlleva.
Estas ya son muy bien conocidas por ustedes ya que las están
viviendo debido a la Era Reaganomics… las cuales empeoran al ser
llevadas acabo por la actual administración.
Si
continúo dándoles ejemplos Edie podría decirme que se me acabó el
tiempo, pero también podría deprimirlas y mi intención es darles
esperanza (HOPE), como el nombre y el espíritu de la película. Hay que
tener esperanza, porque en este momento Costa Rica, mas que ser un ejemplo,
es una especie en peligro de extinción por el CAFTA. Pero hay que tener
esperanza... la mayoría de la gente en Costa Rica se han vuelto protectores
de esa especie poco común que esta siendo consumida por algunos de su misma
especie al igual que por otros. Ustedes no escucharán de nosotras en sus
medios de comunicación, pero busquen atentamente señales de los tiempos en
otros lados, o vayan allá con una visión distinta, no solamente en la búsqueda
desesperada de una bella especie para ver y observar, sino tratando de
encontrar la belleza de la resistencia a la guerra sucia y la traición a la
belleza que es la paz.
Cuando le dije a la productora de la cinta HOPE (Esperanza) que iba a basar mi mensaje en su cinta desde mi punto de vista como mujer y como costarricense, ella añadió... y como amiga. Y tiene razón, somos amigas, y necesitamos su amistad al igual que la amistad de todas ustedes ahora más que nunca. Si veo esta cinta como las ciudadanas universales que ella y yo somos, junto a todas ustedes, les tengo que decir que el mensaje que yo veo es la urgencia de crear conexiones. La especie en extinción que somos tiene la necesidad de todas nuestras voces y acciones, ya que todas ustedes saben que el ambiente no tiene fronteras. Si Costa Rica cae víctima del CAFTA, la bifurcación en el camino se habrá convertido en un agujero en la historia de la lucha por un mundo sin ejércitos, cuando en estos momentos, esa bifurcación puede convertirse en una gran oportunidad para cambiar el camino en el cual nos dirigimos. Únanse a nosotras en esta resistencia. Infórmense sobre Costa Rica. Llamen a su congreso, únanse a nuestro movimiento de”ambientalistas” por una especie poco común llamada paz sin armas.
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