Radio Internacional Feminista

Junio 2006

 agotadas y atrapadas 
persiste LA discriminación laboral contra las mujeres 


En la foto Lara Blanco, PNUD y Janet Carrillo, INAMU

San José, 26 de Junio 2006
Radio Internacional Feminista RIF- FIRE
Por Katerina Anfossi

Según la investigación Liderazgos Incompletos, presentada este 26 de junio, en Costa Rica las mujeres trabajadoras  enfrentan  discriminación laboral en todos los estratos sociales, la cual se manifiesta abiertamente en los salarios devengados en la economía formal,  los cuales son entre un 30% y un 50% menores de los que perciben los hombres por la misma actividad y jornada.

La investigación, Liderazgos incompletos: Factores que inhiben la agenda económica de las mujeres en Costa Rica, realizada por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo - PNUD y el Instituto Nacional de las Mujeres - INAMU, confirma que las mujeres enfrentan la carga del trabajo reproductivo como una desventaja para su incorporación y continuidad en sector de la economía, ya que como sector social no cumple con el modelo óptimo dentro de los esquemas predominantes, que según las investigadoras, facilitan el predominio de los hombres en el campo laboral en Costa Rica en el tanto  "el modelo de trabajador ideal, está libre de todo tipo de responsabilidades familiares", cosa imposible para las mujeres. 

Aunque sean grandes proveedoras de recursos, las mujeres no escapan al trabajo doméstico, en el cual encontramos actividades como mantenimiento del hogar, cuido de los niños y niñas, adultos mayores, ancianos, discapacitados, trabajo voluntario, y como lo señala la investigación, un importante sector de mujeres se ubica en la categoría de atrapadas y agotadas.

Pocos son los países que reconocen el aporte del trabajo doméstico como economía reproductiva, a pesar del compromiso  firmado por los 187 estados presentes en la IV Conferencia Mundial de la Mujer de Naciones Unidas en 1995. Por su parte Costa Rica estimó en 1997, aunque sin incorporarlo al Producto Interno Bruto, que el trabajo doméstico representaba un 14% del PIB.

 

Domesticando el trabajo productivo

Según la Encuesta de Hogares del Instituto Nacional de Estadística y Censos,  en el año  2003 unos  268,500 hogares costarricenses eran sostenidos por  mujeres, es decir que de cada 100 hogares, 27 de ellos estaban encabezados por mujeres jefas de hogar, las cuales cargan con el trabajo reproductivo y productivo. 
Es en el sector informal donde se ubican amplios sectores de mujeres,  principalmente las jefas de hogar, las mujeres con niveles de escolaridad medios y bajos, las que no encuentran empleo formal o aquellas que no encuentran posibilidad de separar el trabajo de la reproducción y el trabajo generador de recursos económicos o productivo, por lo que han recurrido a combinar el ejercicio de ambos, o como se ha venido a  señalar "a  domesticar el trabajo productivo", lo que en la mayoría de  casos no se traduce en mayores ingresos,  pero en la práctica se convierte en una jornada de múltiples horas donde se entrecruzan las jornadas productivas y reproductivas, y donde perciben un 50% menos de ingresos en comparación de lo que perciben los hombres que laboran en el mismo sector. 

La investigación confirma que la brecha de género en los ingresos "es más significativa en la categoría de trabajo por "cuenta propia". Ello es testimonio de la precariedad de las condiciones laborales de las mujeres en el sector informal". Así también encontramos como en la economía informal la gran mayoría de mujeres carece de seguridad social, seguros contra accidentes  y derechos laborales.

Según la investigación el desempleo en Costa Rica es del 6,1% y a pesar de que las mujeres tienen una mayor escolaridad,  el desempleo de estas es mayor al de los hombres, lo que significa que de cada 100 personas desocupadas, 9 son mujeres y 5 son hombres.

Según las Encuestas de Hogares. del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos en Costa Rica, a junio del 2005, las mujeres asalariadas conforman un total de 455.673.

  Totales Hombres Mujeres 
Total ocupados 1.776.903  1.153.891 623.012

Trabajo Asalariado

1.268.904 813.231 455.673

Trabajo por Cuenta propia

334.872 215.592 119.280
Patronos 132.466 105.947 26.519
No remunerados 40.661 19.121 21.540

 

Dónde quedan las trabajadoras frente a los procesos de globalización  y liberalización comercial

La investigación presentada aborda algunas  consecuencias de la liberalización comercial y los impactos de los Tratados de Libre Comercio de las Américas en la población laboral femenina. 

En la publicación "Las Mujeres en la Agenda Económica y la Apertura Comercial:  El caso Costa Rica", de  Laura Pérez Echeverría  encontramos  los posibles impactos de género, entre ellos tenemos:  

  • Las propuestas del ALCA no  garantizan que las operaciones comerciales contribuyan a alcanzar la igualdad de género, la justicia social y el desarrollo sustentable. Más bien sistematizan la dominación creciente del libre comercio corporativo que coloca al lucro y al crecimiento económico por encima de las necesidades  humanas básicas.

  • Los TLC y el ALCA, omiten un análisis diferenciado de los impactos en los sectores pobres y como lo demuestra el TLCAN, las mujeres suelen verse afectadas de forma diferenciada y en muchos casos se ha incrementado su trabajo e indigencia, deteriorando sensiblemente sus niveles de vida y de trabajo. 

  • Los bajos salarios y las  condiciones de discriminación presentes en las actuales relaciones laborales se convierten en "la mayor ventaja comparativa" para la inversión extranjera.

  • En el Plan de Acción de la Cumbre de las Américas del 2001, los gobiernos acordaron integrar la perspectiva de género en los programas y agendas gubernamentales. A la fecha los gobiernos y sus negociadores omitieron incorporar los efectos diferenciales que las nuevas reglas comerciales podrían traer en las mujeres, y en especial en las mujeres pobres, exacerbando las desigualdades existentes y favoreciendo nuevas opresiones.

 

La competencia un factor de inequidad para las mujeres

Frente a un estado que no provee a las mujeres beneficios para facilitar su inserción en la economía, que posibilidades de competencia podrán garantizarse para que las mujeres trabajadoras puedan competir en igualdad de condiciones, sin que ello signifique desventajas para su contratación  (como jornadas menores, guarderías infantiles, horarios laborales acordes con las jornadas educativas, capacitación, etc).

Según Jeannette Carrillo, presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres - INAMU persisten los estereotipos de género, simbólicamente jerarquizados por lo que  "existe la necesidad de poner fin a una cultura y a una educación sexista y estereotipada". 

Entre sus planteamientos destacamos

  • Que las políticas públicas y las acciones privadas deben contribuir a optimizar la partipación de las mujeres en el mercado de trabajo de modo que  redunde en una mayor productividad y riqueza nacional,  pero también en una plena realización de sus derechos humanos

  • Que las mujeres tienen dos o tres jornadas laborales, con lo que  permiten a los hombres dedicarse exclusivamente al trabajo remunerado. 

  • La reorganización de papeles familiares es necesaria para cualquier intento de mejorar la inserción laboral de las mujeres y es un terremo en el que las políticas públicas y privadas podrían avanzar.

  • Colocar en la agenda pública que sin cuidados no hay sociedad y que las mujeres no pueden seguir siendo sus únicas o principales proveedoras. 

  • Para mejorar la participación de las mujeres en la riqueza y en la prosperidad se requiere hacer visible la relación y tensión entre  la vida privada (o reproductiva) y la vida laboral (o reproductiva).

  • Generar  una educación que no favorezca la segregación por sexos en el mercado laboral

  • Impulsar políticas y legislaciones que garanticen la no discriminación en el mercado laboral

 

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