Tal situación ha sido agudizada por el Gobierno de Nicaragua al mostrarse insensible ante las demandas de las grandes mayorías, negándose a escuchar la justeza de los reclamos y reivindicaciones de los diversos sectores sociales. 

La negociación de la clase política y gobernante quienes centran su accionar en la repartición de cuotas de poder económico y político ha conducido a ajustes a de la Constitución conforme a los intereses particulares de los partidos políticos que controlan el poder legislativo, llevándonos a un estado tan peligroso en el que el Estado Social y de Derecho y la gobernabilidad es prácticamente inexistente.

La libertad, la justicia y el derecho a una vida digna de la población están siendo lacerados. Nos negamos a aceptar que este sea el concepto de DEMOCRACIA en nombre de la cual se ensañan con el pueblo y se han olvidado de legislar y gobernar para satisfacer las necesidades más urgentes de nuestra gente como es el empleo, el acceso a la educación y a la salud. La ciudadanía nicaragüense, producto de lo antes expuesto, se encuentra en una total desventura. 

Ante esto, mujeres integrantes del Movimiento Autónomo llamamos a la ciudadanía a unir fuerzas bajo las banderas de la democracia, en el entendido que Nicaragua, su presente y su futuro, es una responsabilidad de TODA LA CIUDADANÍA NICARAGUENSE  y que no podemos endosar posiciones que ven a la sociedad civil no en su diversidad, sino a partir de la homogenización, que permite la bajada de líneas, la manipulación y la movilización, sólo a partir del acallamiento a la crítica y del sometimiento. Por ello, estamos en la disposición de unirnos y formar una amplia coalición de todos los sectores que estén en contra del cierre político que vivimos actualmente y el cual no tiene visos, más que de aumentarse.

Hoy, al igual que en 1978, nos vemos urgidas de unir esfuerzos y levantar la bandera de TODAS CONTRA LA DICTADURA.

Es momento de fortalecer la sociedad civil retomar la acción política y la movilización ciudadana.

Es momento de reconstruir el espacio político nacional y reafirmar las convicciones democráticas para  frenar la tendencia de regresión autoritaria.

Es momento de establecer un diálogo nacional patriótico que desemboque en un verdadero acuerdo nacional que permita:

1. El respeto a la Constitución Política de la República.

2. El restablecimiento de las reglas democráticas y la institucionalidad.

3. La construcción de una Plataforma Nacional de Lucha Contra la Pobreza y un modelo de desarrollo endógeno del país.

4. La reforma de la Ley Electoral que permita la participación de todas y de todos.

Las mujeres sabemos lo perversa que es la ecuación: autoritarismo patriarcal, neoliberalismo económico y  oscurantismo fundamentalista. Luchar contra eso hoy en Nicaragua, pasa por establecer reglas claras para toda la ciudadanía y por la apertura política del sistema democrático.

La sociedad nicaragüense sólo podrá ser libre cuando el poder político y económico  se someta y respete los derechos de la ciudadanía. La democracia supone la existencia de una sociedad abierta, en la que todos los actores sociales participen libremente y cuenta con un marco jurídico determinado que es respetado.