Radio Internacional Feminista/ Junio 2005
Invaluables pérdidas del desplazamiento forzado.
Por
Gladis Zárate Fotos cortesía de ACNUR
El desplazamiento trae consigo implicaciones de tipo social, político, económico, demográfico y cultural. Es uno de los fenómenos mas aniquilantes del conflicto interno colombiano y una de las tantas violaciones de derechos humanos dentro del contexto actual.
El presidente de Colombia, el señor Álvaro Uribe Velez, en su campaña política señalaba que uno de sus ejes centrales era detener el desplazamiento y asegurar el retorno de las personas a sus lugares de origen, ya que "de no ser así, la actual exclusión social se extendería muchos años, prolongándose la injusticia". El Presidente de la república no solamente faltó a este compromiso. En la actualidad ha ofrecido estatus político a uno de los grupos de derecha que ha sido brazo armado del ejército colombiano como son las hoy llamadas Autodefensas Unidas de Colombia, uno de los más violentos y criminales actores armados en la historia de violencia que ha vivido el país por casi cinco décadas. El paramilitarismo, con la complicidad e impunidad del gobierno actual, es uno de los actores responsable en alto grado del desplazamiento actual seguido por la guerrilla y el narcotráfico.
Son las mujeres quienes padecen el desplazamiento en toda su dimensión. Son las que llevan en su espalda la angustia de conseguir el día a día, ya que en su mayoría asumen la jefatura de la familia en su totalidad. Son ellas las que quedan con sus hijos desplazadas en su propia tierra a merced de otros. Son ellas las que llegan a las grandes ciudades y sufren la estigmatización de una sociedad excluyente, que se niega a mirar su propia realidad. Estas mujeres enfrentan un dramático deterioro en su calidad de vida. En compañía de sus hijos e hijas son las que hoy están paradas en las esquinas de los semáforos vendiendo dulces, limpiado carros, buscando cualquier empleo, solicitando cualquier ayuda gubernamental o social. Son ellas y ellos los desposeídos, los que sufren de manera rigorosa , las consecuencias del conflicto interno, la pobreza, la ausencia de valores y el ausentismo del Estado Colombiano.
Según datos del ACNUR, en Colombia tres de cada cuatro personas en situación de desplazamiento interno forzado son mujeres. La situación se agudiza más cuando el desplazamiento afecta a las mujeres jóvenes, las niñas, las mujeres indígenas y las mujeres afro colombianas, pues supone efectos de ruptura con su cultura, prejuicios, violencia y discriminación por identidad étnica, e irrupción de los actores armados en la vida cotidiana. En el proceso de desplazamiento, bien lo señala uno de los testimonios, la identidad se va resquebrajando. Detrás del desplazamiento hay personas con rostro, con nombre y apellido, con identidad comunitaria, familiar y étnica. Recuperar la identidad de aquellas personas que viven el desplazamiento es un reto para las organizaciones y las autoridades competentes . “La identidad nos ayuda a mantener la seguridad emocional y la capacidad
de acción, mediante la toma de conciencia de las situaciones que vive
la persona, la vivencia de ser uno mismo y el sentimiento de pertenencia
a un grupo o comunidad.” (Beristain, 1999 [1]) Fuentes : Cinep/ACNUR Artículos relacionados
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