Radio Internacional Feminista / FIRE/ Junio 2004 

La ley de gravedad del envejecer de las mujeres

Reunión de la Comisión Económica para América Latina, CEPAL
San Juan 28-30 de junio 2004


COMUNICADO DE PRENSA #5

28 de junio, 2004, San Juan, P.R. Equipo Prensa Mujer/ RIF-FIRE (María Suárez Toro)

El envejecimiento de la población de la región será uno de los temas que tratará la Comisión de Población y Desarrollo de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) entre el 27 y el 28 de junio en esta capital. 

El tema es considerado por la ONU y por las mujeres de la región como un tema crítico, junto con pobreza y VIH-SIDA, en el marco de la evaluación de los compromisos asumidos por los Estados miembros de las Naciones Unidas en la Conferencia de Población y Desarrollo (CIPD) hace 10 años en Cairo, Egipto.

"El envejecer de las mujeres o como aprender a amar las canas" fue el tema de una ponencia presentada por la chilena Adriana Gómez de la Red de Salud e Mujeres de América Latina y El Caribe en el Foro de ONG Cairo + 10 realizado los días 24 y 25 de junio. Más de 100 activistas de 20 países de todas las sub- regiones del continente: Caribe, Región Andina, Centroamérica, Cono Sur y México participaron en el evento que antecedió la participación de las activistas en la reunión oficial de la ONU.

"Me han pedido que lance una provocación sobre el tema del envejecimiento. Las razones son obvias: mi pelo cano, señal inequívoca de que los años han transcurrido para mí. También porque edité el Cuadernos Mujer Salud titulado: La Revolución de las Canas, donde incluimos optimistas reflexiones sobre el envejecer de las mujeres. Edición que tuvo gran acogida en mujeres del movimiento, abrumadas por el tema del recambio de liderazgo y por el flujo incesante y bullicioso de mujeres jóvenes organizadas y militantes." 


La sala, compuesta por mujeres jóvenes y mayoritariamente por las del "recambio", se llenó de silencio cuando Adriana  lanzó la pregunta central del recambio de las vidas y proyectos de las mujeres envejecientes: "¿Y como envejecemos las mujeres?"

Ella misma contestó la pregunta que conmovió a las activistas. "Algunas bien, otras mal. Algunas conservamos fuerzas y energías e incluso puede que vivamos mejor, mas autónomas. El tan mentado nido vacío no aplica a todas las mujeres. Por el contrario, la madurez es el momento en que damos a luz a un nuevo ser, a una nueva mujer, a una mujer más sabia, mas allá del bien y del mal. Libre de ataduras estéticas, sociales y culturales que condicionan a las mas jóvenes. Libres para optar por otras sexualidades o para no ejercerla, si así lo decidimos."

Pero ese no es el cuento de todas, añadió Adriano, al referirse al peso de la cultura de discriminación de género. "Pero a otras la vejez les duele. Les duelen las arrugas, las canas, la perdida de la potencialidad reproductora, la tersura y esbeltez de la juventud, modelo predominante en nuestras sociedades
occidentales y que define el ser mujer.  Efectivamente, como dice Susan Sontag, a los ojos del mundo las mujeres comienzan a ser viejas mucho antes que los varones. Tan pronto culmina la dorada juventud, ya somos viejas o estamos cercanas a serlo, según los patrones culturales. Y cada década se vive como un
tránsito inexorable hacia la vejez."

Para Adriana hay una clara diferencia de género en el proceso de envejecimiento. "En cambio los hombres pueden ser evaluados por sus éxitos, sus logros laborales, sus conquistas, aspectos que no están relacionados con la edad. Mientras que a las mujeres se nos evalúa por nuestra capacidad de seducción, y la seducción parece ser exclusiva de la juventud. También se nos evalúa por nuestra capacidad reproductiva que tiene un reloj biológico implacable. Es decir, todos son aspectos vinculados a la edad. Lo mismo sucede con la sexualidad, donde las mujeres dejamos de ser apetecibles tan pronto los signos de la madurez se asoman a nuestros cuerpos. Sexualidad igual juventud. En cambio los varones son considerados sexualmente vigentes por un período mucho más extenso. Ellos, si son viudos o separados, pueden volver a emparejarse y a menudo lo hacen con mujeres mucho mas jóvenes  e incluso pueden
ser padres pasados los 60 años, y nadie los critica, mas bien se les admira. Han fecundado a una mujer y eso los convierte en símbolos de la virilidad."

El destino de las mujeres que "se liberan" sexualmente no es el mismo que el de los hombres. "Pero la mujer que reanuda su vida sentimental con un hombre más joven, o bien se relaciona amorosamente con una mujer, no solo es mirada con sarcasmo, sino calificada duramente como transgresora. Mentir acerca de la edad, por lo tanto, pasa a ser una conducta de defensa y protección que adoptan las mujeres muy temprano en la vida. Y luego, al llegar a la menopausia, buscan la panacea, la píldora de la juventud: las terapias de sustitución hormonal que prometen una milagrosa detención del proceso de envejecimiento e incluso prolongan artificialmente el poder menstruar. Menstruación igual fecundidad, igual juventud. No consideran, sin embargo, los riesgos potenciales para la salud vinculados al cáncer, a enfermedades cardiovasculares, etc. La medicalización de la menopausia es así una de las mayores violencias que el
poder médico aplica sobre el cuerpo de las mujeres."

Pero envejecer también tiene sus propias leyes de gravedad. "También las mujeres (las que tienen los recursos) acuden a todos los adelantos técnicos de la cirugía estética para subir aquello que con los años tiende a bajar o a engrosar: el rostro, el abdomen, los glúteos, la cintura... Y en esa carrera humillante y desesperada contra los años se intenta detener un proceso natural a todos los seres humanos. Los hombres, por el contrario, con los años ganan. Especialmente si son poderosos y exitosos laboralmente. Pues la seducción de ellos reside, en muchos casos,  en sus éxitos económicos y laborales que ocurren pasada la juventud."

No todas las mujeres viven este proceso igual. "Sin embargo, la edad no es un secreto vergonzoso. Y eso nos lo dice  Graciela Hierro, a quien todas queremos y extrañamos. Ella, quien formó Las Reinas, junto a otras amigas maduras, brillantes y lúcidas, para discutir y escribir sobre la vejez de las mujeres.
Graciela nos dijo que hay que prepararse para la vejez, y prepararse desde joven, pues si lo haces cuando ya eres vieja, quizás es demasiado tarde. Y como nos preparamos? Pues siendo autónomas, libres, cuidando nuestra salud, desarrollando amistades con otras mujeres, teniendo nuestro espacio propio. Nuestro cuarto propio."

Adriana también relacionó el tema del envejecimiento con otro tema principal de la CEPAL: la pobreza. "Pero no nos olvidemos que hablar de la vejez en las mujeres es hablar también de la pobreza, del abandono, de la violencia, de la desigualdad en términos de previsión social y acceso a la salud. Es hablar del trabajo doméstico no remunerado que esas mujeres realizaron durante años sin recibir salario ni reconocimiento, y que lo siguen prolongando con el cuidado de nietos o parientes enfermos que ya no pueden ser atendidos en los servicios sanitarios cada vez más restringidos. Recordemos, también, que las mujeres viven más, pero no viven mejor. Por el contrario, las mujeres enferman más, tienen más enfermedades crónicas, pues tarde en la vida comienzan a pagar el costo de embarazos repetidos, mal nutrición, violencias, dobles y triples jornadas."

Culminó su presentación diciendo que "No hay mayor discriminación, dicen, que ser mujer, ser pobre y ser vieja, algo muy propio de las sociedades occidentales, donde la vejez se vive mal, ignorada e invisible." 

Influenciar con una perspectiva feminista de género en el análisis de la CEPAL sobre el tema esta semana es una de las acciones que el Foro de Mujeres llevará a la reunión oficial, en un contexto en el cual los derechos reproductivos tienden a opacar todas las otras realidades de mujeres y hombres en América
Latina y El Caribe. 

El Equipo de Prensa Mujer en CEPAL está compuesto por:  María Suárez Toro de Radio Internacional Feminista (RIF-FIRE) Costa Rica, Margarita Melgar de Puerto Rico,  Ana María Pizarro  de SIMUJER, Nicaragua, María Eugenia Chávez de SIPAM, México y Alejandra Fosado de GIRE, México.

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