"Nos
reunimos para fortalecer nuestras capacidades, estrategias y trabajo de
incidencia a favor de nosotras, nuestros pueblos y los derechos humanos
de las mujeres en general", dice parte de la Declaración final que
será presentada en el evento oficial de las Naciones Unidas en
reconocimiento a los 10 años de implementación de la Plataforma de
Acción que resulto de la IV Conferencia Mundial de la Mujer celebrado
en Beijing, China, en 1995.
Las
Mujeres Indígenas esperan que los gobiernos "en ocasión de
evaluar y valorar la década de implementación de la Plataforma del
Plan de Acción (BPfA),reafirmen e implementen plenamente este Plan y se
comprometan a fortalecer sus acciones para el avance de los derechos
humanos de las mujeres en esta critica coyuntura".
Una
de las organizadoras del evento, la miskita nicaragüense, Mónica Alemán,
también miembro de la organización por los derechos de las mujeres,
MADRE, declaró a Radio Feminista Internacional (FIRE), que las mujeres
indígenas "queremos que las Naciones Unidas adopten una nueva
postura ahora, porque siempre que demandamos la implementación y el
reconocimiento de nuestros derechos en las conferencias de mujeres,
siempre nos posponen 'por cualquier otra reunión'. Ellos siempre están
remitiendo este tema a otro evento relacionado a Pueblos Indígenas,
pero este es el momento. Somos mujeres y queremos reconocimiento
ahora".
Otras
organizadoras son Myrna Cunningham, de la Costa Atlántica de Nicaragua,
Tarcila Rivera, de Perú, y Lucy Mulenki, una Massai de Kenya. MADRE es
patrocinadora del evento.
Las
81 participantes procedentes de 21 países que incluyó Malí, Ecuador,
Canadá, Nicaragua, Filipinas, Argentina, Estados Unidos, Nepal, Kenya,
Tanzania, Uganda, Perú, Panamá, México, Congo, Camboya, Venezuela,
Dinamarca, Reino Unido, Grecia y Chad, se reunieron en el edificio
Church Center ubicado frente a la sede de Naciones Unidas.
En
el contextos actual, lo prioritario entre los asuntos críticos para
estas mujeres, es el hecho que durante esta década "las mujeres
indígenas enfrentan una crisis proveniente de la desenfrenada escalada
militarista de los estados-nación bajo el pretexto de la 'guerra contra
el terrorismo', la violencia basada en género (incluyendo violaciones y
tráfico de mujeres) como táctica de los conflictos armados y dentro de
nuestras propias comunidades y las políticas macroeconómicas que
desconocen los derechos colectivos y nos niega acceso a servicios básicos
incluyendo agua potable, atención en salud y educación culturalmente
pertinente."
Las
participantes también reconocieron su contribución en la resistencia a
la violación de sus derechos, expresado en el hecho de que "los
Pueblos Indígenas han luchado por siglos en contra de genocidios,
desplazamientos, colonización y asimilación forzada, preservando sus
culturas e identidades como pueblos diferentes" pero
también reconociendo "que el avance de los derechos humanos de
las mujeres indígenas esta intrínsecamente ligado a la lucha para
proteger, respetar y reconocer tanto el derecho de nuestros Pueblos como
un todo y nuestros derechos como mujeres dentro de nuestras comunidades.
Afirmamos que las mujeres indígenas hemos estado en la primera línea
del movimiento indígena internacional. Reafirmamos que la equidad de género
y la creciente participación política de las mujeres son aspectos
esenciales de los Derechos Humanos de los Pueblos Indígenas"
Las
mujeres también afirmaron la centralidad de los derechos colectivos de
los Pueblos Indígenas, incluyendo la soberanía y libre determinación
para el cumplimiento de los Derechos Humanos y la preservación de
los recursos naturales de los pueblos indígenas, y urgieron a los
gobiernos a adoptar la Declaración de las Naciones Unidas sobre los
Derechos de los Pueblos Indígenas, que esta trabajándose buscando como
llegar a la Asamblea General, desde un primer borrador que se formuló
durante la Década de los Pueblos Indígenas declarado en Naciones
Unidas en el período 1995- 2004.