RADIO INTERNACIONAL FEMINISTA/ noviembre 2005

Abriendo rutas hacia la paz

Movilización de mujeres al Chocó

Diciembre 2005
Radio Internacional Feminista- RIF/FIRE
Por Katerina Anfossi

Una gran movilización de mujeres por la paz,  por la desmilitarización del territorio y  la vida civil. comenzó el 22  de noviembre del 2005 en Colombia. Su objetivo fue llegar al Chocó, para participar  en  Quibdó, ciudad capital de la región, en la  marcha contra el miedo y la indiferencia, una de las actividades conmemorativas al 25 de noviembre, día internacional por la no violencia contra las mujeres.

Convocadas por la Ruta Pacífica de Mujeres, unas 3000  mujeres participaron  en la marcha  expresarando su solidaridad con las mujeres chocoanas que luchan por la defensa de sus territorios y el derecho a  una  vida digna, exigiendo al gobierno local la implementación de medidas que detengan y aminoren la crisis humanitaria que se vive en la región.

Unas 1800 mujeres portadoras de esperanzas se movilizaron  desde diversas regiones del país. 1000 de ellas provenían de la  zona,  de poblados y  comunidades como El Carmen de Atrato,  Acandí, Utría, Bojayá  y Vigía del Fuerte,  por lo que su travesía para llegar a la marcha en Quibdó, requirió de pangas, botes y mucho caminar.

Desde  la sierra andina, la costa caribe y  la selva amazónica.800 mujeres cruzaron el país en su incansable compromiso por defender el derecho a vivir en paz y dignidad. Procedentes de Bogotá, Medellín, Tolima, Quindío, Risaralda, Pereira, Putumayo, Cali, y los pueblos cercanos  

Su destino final era  el Chocó, región de gran riqueza biológica con un entorno selvático húmedo, considerada la  segunda zona más lluviosa del planeta, con grandes reservas de agua, yacimientos de oro , platino, plata, cobre y petróleo. 

Región conformada por la riqueza de  la cultura negra de los pueblos afrodescendientes  y los  pueblos indígenas como los Embera, los Cunas, los Wuanano, los Cholos y los Chocó. Habitantes de culturas ancestrales que sobrevivieron  la esclavitud, la invasión, la usurpación.

Habitantes que hoy resisten el desplazamiento, la militarización,  la guerra, el abandono y la pobreza.. 

 


Mujeres indígenas participantes en la movilización

 

La travesía 

Medellín fue la ciudad donde se encontraron  la mayoría de las rutas . Un ritual de buenaventura dio la bienvenida y despedida a las mujeres.

Para algunas su  travesía se extendió por 56 horas, para otras hasta 76. Los caminos de acceso al  Chocó son escasos y se encuentran en mal estado. Barrancos, deslizamientos de tierra y ríos desbordados formaban parte del paisaje, que aunque temible a veces,  no perdió su belleza.  

23 buses en caravana se adentraron por las montañas para enfrentar el último tramo del recorrido.  Los 100 kilómetros que separan Ciudad Bolívar de Quibdó, se convirtieron en una proeza para las viajeras, quienes tuvieron que mover piedras para rellenar los huecos del camino, empujar los buses cuando alguno  se quedaba atascado en los barriales, hacer peso y contrapeso, cruzar  trochas caminando y armarse de paciencia,  porque según decían,  la espera es parte del andar . De cuando en cuando,  algunos uniformados aparecían en el camino o se dejaban ver en las montañas. 


En el camino moviendo piedras

 

Chocó territorio de conflicto, territorio de abandono

Es en esta geografía donde 1800 mujeres dan sentido a su militancia feminista , a su compromiso, a las causas  que las convocan a luchar contra el miedo,  la indiferencia y por  la desmilitarización del territorio del Chocó. Su equipaje era sencillo, su vestimenta negra  también.

Se han dirigido a un  territorio de gran  riqueza, que provee aire, agua y frutos en abundancia con una diversidad cultural y étnica privilegiada, pero que vive el abandono, la pobreza y  una  grave crisis humanitaria .

La mayoría de población no cuenta con acceso a servicios básicos como agua potable, alcantarillado, electricidad, servicios de salud, educación, vivienda.

Se han dirigido a un  territorio donde convergen la dignidad de la resistencia comunitaria con el peligro de los armados.  Guerrillas,  paramilitares,  narcotraficantes  y fuerzas públicas, se disputan el control del territorio chocano desde  hace más de 20 años , trayendo un enorme número de  muertos,  violaciones, secuestros y desplazamientos. 

Las mujeres de la región se han convertido en botín y presa de guerra. Las que logran huir de los armados , abandonando sus hogares, tierras y  cultivos, se convierten en desplazadas. Muchas encuentran refugio, la gran mayoría no. Ahora tendrán que enfrentar la sobrevivencia en un estado de desventaja, de indefensión, expuestas al maltrato, el abuso y la violencia sexual.

Aquellas que se resisten,  que se organizan, pasaran a ser objetivo de caza. Por atrevidas y desobedientes, enfrentarán la amenaza, el repudio,  la violencia o el asesinato de los armados.

El tejido social de resistencia que construyen las mujeres en la defensa de la vida, sus territorios y comunidades es para los  actores armados  un gran obstáculo, un enemigo más.

 

El drama de la guerra desde una perspectiva feminista

La guerra tiene un profundo contenido patriarcal, así como el patriarcado violenta el cuerpo de las mujeres,  la guerra también. La violencia es un instrumento de la cultura patriarcal para el  control, el  dominio y el  exterminio.

La Ruta Pacífica de Mujeres se declara feminista por lo cual su propuesta pacifista implica subvertir el orden patriarcal. Para ellas es indispensable revertir este orden  en sus acciones, no es suficiente reivindicar derechos o hacer pequeñas transformaciones de género.   Lo  fundamental es que sus acciones aborden lo estructural. 

Así lo explica Ana Milena Gonzáles de la  Regional Bogotá, "La guerra fortalece el  patriarcado, de tal forma que favorece acciones de subordinación y dominación hacia las mujeres.  Por ello  es necesario una salida negociada del conflicto armado, lo que significa un diálogo entre los actores armados, la sociedad civil y las voces no oídas, donde se incluya  a las víctimas y participen plenamente las mujeres"  

Sostiene que para que el proceso de paz en Colombia sea factible, deberá contener acciones para  la  verdad, la justicia y la reparación. De no ser así, es imposible visualizar la resolución del conflicto.  La construcción de la paz requiere de la negociación política del conflicto armado y de los conflictos económicos, sociales y culturales que afectan a la sociedad colombiana,  explicó.


Foto que forma parte de la exposición realizada en la Catedral de Quibdó

Las mujeres colombianas por las paz exigen

  • Respeto por los derechos humanos y el Derecho Internacional Humanitario

  • Detener el uso de la población civil como escudo o como objetivo militar en los enfrentamientos y hostilidades.

  • Detener  la utilización del cuerpo femenino como territorio de guerra.

 

La impunidad de la guerra a hecho que las víctimas queden invisibles.

No resulta simple, hablar de paz para las mujeres . Para ellas el peligro es constante en tiempos de paz, de guerra o de conflicto. La guerra contra las mujeres permanece, cambian los actores, la intensidad y sus impactos.  

En Colombia entre las consecuencias directas del conflicto armado en las mujeres, encontramos 

  • Desplazamiento forzado

  • Prostitución forzada

  • Anticoncepción y abortos forzados

  • Intimidación frente a la participación política social de las mujeres,

  • Trabajos forzados domésticos, 

  • Prohibiciones para enterrar a los muertos  

  • Violación sexual 

En tiempos de guerra y conflictos armados  la violación sexual  es un instrumento de guerra que adquiere dimensiones de tortura, chantaje, escarmiento,  para humillar y degradar a las víctimas y enemigos. Provisto además de la subordinación de género, que hace de los cuerpos de las mujeres un objeto de uso para el poder patriarcal.. Las mujeres son despojadas de humanidad  para convertirse en botín de guerra. Los actores  armados  se apropian de sus cuerpos para usarlo según su antojo, venderlo, cambiarlo, matarlo. 

El desplazamiento tiene rostro de mujer.  Según María Eugenia Sánchez, del Programa de Acción Política de la Casa de la Mujer en  Bogotá, "De los 3 millones de víctimas del desplazamiento, más de la mitad son mujeres, las cuales se desplazan a los centros urbanos esperando encontrar protección de las autoridades civiles y recuperar un mínimo de dignidad en términos de vivienda , salud, educación, lo cual nunca llega, convirtiéndose en los nuevos cinturones de indigencia y miseria".

Según datos suministrados por la Ruta Pacífica, durante el 2005 en la región del Chocó  se han registrado desplazamientos forzados  masivos en los municipios de Bajo Baudó, Bojayá, Medio Atrato, Río Sucio.y Quibdó. 1204 familias han tenido que abandonar sus territorios. Muchas han denunciado el despojo violento de sus tierras por parte de los paramilitares . Esos territorios pasaran a formar parte de los megaproyectos de cultivo de palma africana.

La respuesta del Estado y de la sociedad colombiana a los impactos de la guerra en la vida de las mujeres no ha incluido una política diferencial destinada a las mujeres desplazadas,  sino una política amplia que atiende de forma general a la población en desplazamiento. 

 

Impacto de la movilización al Chocó

El primer impacto que  puede verse es el abrazo solidario que siente la población.  La certeza de estar allí, de que en medio del abandono han llegado a visitarles, a acompañarles en sus luchas. " Estamos aquí para decirles a las mujeres chocoanas que no están solas. Hemos  venido a acompañarlas para decirle al país que aquí  hay una grave crisis humanitaria cuyos responsables son los actores armados". 

 


Llegada


 Río Atrato

La solidaridad entre mujeres está presente. La gratitud se expresa, se manifiesta. "Gracias mujeres por estar aquí, por no habernos olvidado", dice Nubia Castañeda, Coordinadora Ruta Pacífica Regional Chocó.

La ciudad ha sido preparada para dar la bienvenida a la movilización.  Quibdó se extiende a las orillas  del  río Atrato, Es en el malecón, junto a este río,  donde esperan la llegada de la movilización.

El río Atrato  es el  río de la vida, que alimenta a la población, que comunica los pueblos,  pero que también ha traído la muerte, donde se han perdido vidas en las corrientes de las guerras, donde han aparecido los cuerpos de los secuestrados, río por el que se han llevado a las hijas, por el  que han invadido y usurpado las tierras. Un acto simbólico se realizó en sus aguas. Pequeñas barcazas de papel  recordaban a las víctimas, llamando a  la  verdad, la justicia y la esperanza.

La presencia de mujeres venidas de diversos lugares para sumarse  a un esfuerzo local, alienta, legitima  y fortalece las demandas y la capacidad de convocatoria  de las líderes de la zona. Las autoridades locales no lo pueden desconocer .

Han preparado para este día un conversatorio sobre la influencia de la guerra en el cuerpo y la vida de las mujeres, donde se escucharon  testimonios cargados de dolor y valentía  del pueblo chocoano. Hubo cantos y alabanzas entonados por  mujeres negras que describían la resistencia de su  pueblo desde los tiempos de la esclavitud. 

Allí se escucharon las palabras de las organizadoras en la voz de Nubia Castañeda, Coordinadora Ruta Pacífica Regional Chocó, así como a Piedad Córdova, la primera senadora negra por la región del Chocó y Antioquia.  


Alabanzas


 Piedad Córdova y Nubia Castañeda

Nubia Castañeda,  expresó: "yo quiero protestar porque en el siglo XXI un hombre puede ir de paseo a la luna y en este Chocó que nadie conoce en el mundo, los  niños mueren de lombrices y paludismo, No hay derecho a que nuestro pueblo deba vivir con tanta indignidad. ". 

Finalizado el acto, comenzó la Marcha Contra el Miedo y la Indiferencia,  la cual se desplazó por las calles de Quíbdó, haciendo un plantón en la Fiscalía, para luego dirigirse a  la Gobernación y terminar en el Malecón. Vestidas de Negro en señal de luto el calor y el sol del mediodía acompañó su andar.

Una feria de artesanal Justa y Solidaria, permitió observar los artículos producidos por las comunidades indígenas y los grupos de mujeres. Una exposición de pintura y un taller de dibujo para niñas y niños formaron parte de las actividades que dieron  testimonio de la situación de la región. 

En la catedral de Quibdó, se realizó un registro fotográfico con más de 100 imágenes, a través de las cuales se podría  conocer levemente  lugares, pueblos y personas que  viven  y enfrentan el peligro de la guerra. En muchas de ellas, la  sonrisa persiste, lo que hace pensar que sobrevive la esperanza.

Un Festival de Arte Joven, en el cual grupos de la región expusieron sus bailes y cantos puso fin a las actividades que conmemoraban el 25 de noviembre donde se dio lectura a  la Declaración Final 


Marcha


Explanada del Malecón

A nivel nacional la movilización permitió  llevar a la opinión pública y al debate político la crisis humanitaria y la violación de derechos humanos que vive la región como consecuencia  del conflicto armado y en especial la población femenina..  Sin embargo a nivel del estado el impacto es escaso.   

Si bien el racismo no fue parte explícita de la movilización, es un factor central del abandono y la indiferencia  que ha ocultado las problemáticas que enfrenta la población. Interpelar al estado y la sociedad. colombiana es necesario para atender la crisis humanitaria que vive el Chocó.  

Sin embargo, frente a  la adversidad  sobrevive la resistencia , la dignidad , el apego al territorio y sus raíces, lo cual se hizo evidente en  la jornada del 25 de noviembre, donde las expresiones culturales se tornan políticas, crecen y se sostienen entre la guerra y la esperanza .

 

El 25 de noviembre de 2005, los pasos de casi 3000 mujeres colombianas dejaron huella en las carreteras nacionales y en las calles de Quibdó. Nuestra voz se unió al sonido del Río Atrato para decir nuevamente: 

Ni paz que nos oprima,  ni guerra que nos destruya

Ruta Pacífica de Mujeres

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Fuente: Radio Internacional Feminista/www.radiofeminista.net
Fotos:  Katerina Anfossi