En la denuncia puesta en el Juzgado de Guardia de Valencia fueron entregados los nombres y los antecedentes de siete ciudadanos españoles asesinados o desaparecidos bajo la dictadura militar chilena:

Joan Alsina Hurtos, muerto en Santiago en septiembre de 1973. Nació en Cataluña, España, en Castelló d’Empuries, el 28 de abril de 1942. A los 11 años entró al Seminario de Gerona. Era sacerdote católico. Trabajó en el hospital San Juan de Dios como jefe de personal y era párroco en la Iglesia de San Bernardo. Detenido el 19 de septiembre de 1973 en su lugar de trabajo por una patrulla militar del regimiento de Yungay de San Felipe, fue trasladado al Internado Diego Barros Arana, donde fue torturado. Fue ejecutado por sus aprehensores en el puente Bulnes, sobre el río Mapocho. Su cuerpo fue encontrado en el Instituto Médico Legal de Santiago el 27 de septiembre de 1973.

Félix Francisco Figueras Ubach, muerto en Valparaíso en diciembre de 1973 a los 30 años. El día 11 de ese mes fue detenido por efectivos militares del Regimiento de Caballería BlindadaNo. 4, Coraceros de Viña del Mar y trasladado hasta ese recinto. Posteriormente fue llevado a la Academia de Guarra Naval, falleciendo en el Hospital Naval de Valparaíso, el día 15 de diciembre de 1973, a causa de malos tratos recibidos por parte de sus captores.

Antonio Llidó Mengual, detenido desaparecido en Santiago en octubre de 1974. Antonio de 38 años de edad, era sacerdote católico. Fue detenido por agentes de seguridad y recluído en la casa secreta de torturas de José Domingo Cañas, donde fue visto en octubre de 1974. Desde esa fecha se desconoce su paradero. Nació en Valencia, España, habiéndo viajado a Chile en la década de 1960. Ejercía el sacerdocio en la ciudad de Quillota desde 1969. Se destacó en su trabajo  en favor de las clases más humildes en diversas parroquias, lo que molestó a la jerarquía eclesiástica de Valparaíso. Tras el golpe militar Llidó entró a la clandestinidad, manteniendo correspondencia con su familia en España hasta septiembre de 1974. En octubre de ese año la familia fue alertada de la desaparición del sacerdote. Las autoridades chilenas negaron su detención en un primer momento; sin embargo, en julio de 1975, Monseñor Emilio Tagle, Arzobispo de Valparaíso, escribió a su familia: "está detenido pero saldrá en libertad pronto". El abogado español Joaquín Ruiz Gutiérrez viajó a Chile y volvió con malas noticias. Según cuenta la hermana del sacerdote, Josefa Llidó: "se había perdido toda huella de Antonio". Sobre la reclusión y tortura de Antonio Llidó en la casa de José Domingo Cañas 1315, han testificado en Chile numerosos sobrevivientes: Cecilia Jarpa, Marcia Merino, Rosalía Martínez, Edmundo Lebrecht y la abogada Amanda Denegri. Cuando, en 1974, monseñor Fernando Ariztía, el obispo luterano Helmut Frenz y el rabino Angel Kreime fueron recibidos por Pinochet ante quien  los personeros religiosos le pidieron que se interesara por la suerte corrida por los desaparecidos… y el padre Llidó, Pinochet al escuchar este último nombre respondió: "éste no es cura, es marxista".

Michelle Peña Herreros, ciudadana española, era hija de una familia exiliada al final de la Guerra Civil, y había nacido en Toulouse, Francia, el 27 de julio de 1947. Michelle era estudiante de ingeniería y dirigente de las Juventudes Socialistas, detenida en Las Rejas cerca de Santiago el 24 de julio de 1975, en medio de un gran despliegue militar. En el momento de su detención se encontraba embarazada de 8 meses. La madre de Michelle Peña denunció la detención de su hija, interpuso un recurso de habeas corpus, reclamó al Servicio Nacional de Detenidos, escribió al Ministro del Interior, al de Justicia, a la esposa del entónces presidente Pinochet, a la embajada de España, a la de Francia. Todo sin resultado positivo. Según la versión oficial, Michelle no había sido detenida. Sin embargo, varios sobrevivientes de Villa Grimaldi atestiguaron haberla visto allí. El último dato conocido lo ofreció una detenida que logró salvar con vida, indicó en la pared de su celda había una inscripción que decía "yo estuve aquí, Michelle Peña. Agosto de 1975". En el mes de octubre de 1997, la periodista Gladys Díaz viajó a Madrid para entregar su testimonio, en el cual ratificó que Michelle estuvo detenida en Villa Grimaldi

Antonio Elizondo Ormaechea, ciudadano español nacido en Logroño, militante del Movimiento de Acción Popular Unitario (MAPU). Fue secuestrado por un comando de la DINA el 26 mayo de 1976, junto a su cónyuge Elizabeth Rekas Urra, siendo utilizado para el secuestro un coche Fiat 125 de color plomo. Antes de la detención de Antonio y Elizabeth había sido secuestrado el hermano de ésta, Andrés Constantino Reas, quien había sido conducido hasta la Villa Grimaldi, y torturado para que revelara el paradero de su hermana y su cuñado. Sobreviviente, declaró haber haber visto a ambos en el mismo centro clandestino de detención. Elizabeth Rekas estaba embarazada de 5 meses y se encuentra desaparecida al igual que su esposo.

Carmelo Soria Espinoza, nació en Madrid en 1921, trabajaba en el Centro Latinoamericano de Estudios Demográficos, (CELADE) en Chile, como funcionario de las Naciones Unidas,  estaba casado con la chilena Laura González Vera y tenía tres hijos. De espíritu humanitario, había ayudado a salir de Chile a varias personas perseguidas por los militares. Tenía estatuto diplomático.
Fue detenido en la tarde del 14 de julio de 1976 por agentes de la Brigada de Mulchén de la DINA. Los secuestradores, disfrazados de carabineros, lo pararon en la carretera, en el trayecto del trabajo a su casa. Uno de ellos era el ex coronel Jaime Leppe, asesor directo de Pinochet. Lo condujeron a una casa en una zona residencial donde vivía el mercenario norteamericano al servicio de la DINA, Michael Townley con su esposa Mariana Callejas - también agente de la DINA -. El grupo que secuestró a Soria y le condujo a la casa estaba integrado por el mayor René Patricio Quilhot Palma, el capitán Jaime Leppe Orellana, el capitán Guillermo Salinas Torres, el capitán Pablo Belmar Labbé. Se identifica como participantes directos en su secuestro, detención ilegal, tortura hasta morir y encubrimiento de ello a Augusto Pinochet, al general Manuel Contreras, Director delegado de la DINA, y al brigadier Pedro Espinoza Bravo y el sargento José Ríos San Martín.

Según algunas informaciones, la orden de llevar a Carmelo Soria a la casa de Townley la dio uno de los jefes de la DINA, el comandante Iturriaga Neumann.

Enrique López Olmedo, muerto en Valparaíso en noviembre de 1997. De 35 años de edad, era español, estaba casado y tenía dos hijos. Era miembro suplente de la Comisión Política del MIR. Fue ejecutado el 11 de noviembre del ’77 por personal de seguridad de la Armada, quienes actuaron bajo motivaciones políticas. Su muerte fue causada después de unos 15 días de secuestro por los mismos militares que le habían detenido.
 
Esta información  fue citada del libro "Tarda pero llega: Pinochet ante la justicia española", de Paz Rojas, Víctor Espinoza, Julia Urquieta y Hernán Soto. Ediciones LOM.