|
La
migración femenina varía según los países de origen
Congreso Internacional sobre DH
de mujeres migrantes
Por Carolina Velásquez
México, 25 abr (CIMAC).- La importancia de la migración femenina
actual en el mundo, en aumento desde los años 60 y apenas visible en
las investigaciones a partir de los 90, varía según los distintos países
de origen y no presenta la misma tendencia en los países de destino.
Varios son los factores que contribuyen a la selección sexual de la
migración internacional, añadió la socióloga española Trinidad
Vicente, al participar en el Congreso Internacional sobre Derechos
Humanos de las Mujeres Migrantes: Acciones para su Protección, que se
realiza en esta capital.
Las condiciones en las sociedades de origen y las políticas migratorias
de los países receptores son algunos de los más significativos y han
contribuido a determinar la presencia femenina en los movimientos
migratorios.
Así, en las mujeres árabes la reunificación familiar, como esposas o
hijas de los emigrantes varones, es una característica de su
experiencia migratoria como resultado de una organización
socio-familiar más tradicional (patriarcal).
En cambio, en las sociedades latinoamericanas la emigración femenina se
ve favorecida por la mayor presencia de las mujeres en el espacio público,
unido al aumento de su responsabilidad en el cuidado y mantenimiento de
la familia, resultado de la separación de la pareja, del divorcio,
viudez o maternidad en solitario.
Otro es el caso, cuando se trata de las políticas migratorias en países
emisores como receptores, marcadas en ocasiones por la violación de los
derechos humanos de las mujeres, señala Vicente, especialista en el
estudio de la migración femenina actual.
De Filipinas, India, Pakistán, Tailandia, Bangladesh se han denunciado
casos de mujeres que emigraron en busca de mejores condiciones de empleo
y han sido víctimas de abusos y ataques, sobre todo en el Golfo Pérsico.
Algunos de estos países asiáticos, en un intento de proteger a sus
mujeres --consideradas especialmente vulnerables por la simple razón de
emigrar por su cuenta-- han intentado prohibir o, al menos, controlar en
mayor medida la emigración femenina por motivos laborales.
Las políticas de los países receptores, cada vez más restrictivas,
limitan actualmente la migración en dos vías fundamentalmente: laboral
y reunificación familiar.
En la laboral, mediante un contrato-permiso de trabajo, la situación de
las mujeres se ve limitada pues se le ha considerado tradicionalmente
para varones, además que en su mayoría continúan siendo contratadas
para el "empleo sumergido" --servicio doméstico y/o el
cuidado de personas mayores y niños o niñas- o en la industria del
sexo.
La reunificación familiar conlleva distintas consecuencias, la
dependencia del permiso del marido va a ser que muchas de ellas no
puedan romper su vínculo conyugal, aunque deseen hacerlo, hasta que
consigan un permiso de residencia y de trabajo independiente.
|